Daniel Barenboim. Marcha Radetzky. Feliz 2015. Vdln 39

Mis recuerdos juveniles del uno de enero saben a indigestión por una cena excesiva, a resaca, a saltos de esquí, a Filarmónica de Viena y a mi padre repitiendo sin descanso: “bueno, ya estamos en el año que viene”

¡Cómo cambiamos! Hace tiempo que una copa se convirtió en excepción. Hoy, me confieso de comer raro y tirando a escaso; Papá dimitió del cargo para convertirse en “el abuelo”; y la nieve artificial no me parece nieve, sino un sucedáneo de frigorífico para agredir a la montaña, para mantener el negocio blanco a espaldas de la voluntad del clima. Lo único que se resiste a envejecer es la fidelidad al pensamiento de Nietzsche: “sin la música, la vida sería un error”.


Según esa ciencia del mentir que llamamos estadística, el Concierto de Año Nuevo de la capital austríaca, alcanza temporada tras temporada, la condición de espectáculo sonoro más seguido del planeta. Casi mil millones de audiencia potencial a través de la telepantalla y unos centenares de privilegiados en la Sala Dorada de la Musikverein. Desde 1.987 en cada edición dirige un invitado distinto, quizá para otorgar variedad a un repertorio que con leves modificaciones, se repite en cada entrega. Sin que se enfaden los devotos de Karajan, para mí la mejor fue la de 2014. La segunda apuesta de ese peculiar judeo-argentino llamado Daniel Barenboim.


 

Con él aprendí a amar el piano. Con él aprendí que en esta vida ningún sentimiento noble se torna excluyente. Que se puede descender de hebreos sin necesidad de ejercer de capullo. Que nacer en Buenos Aires y sentirse español aporta complementariedad. Que resulta factible adquirir el pasaporte israelí por derecho y el palestino por convicción ética. El año pasado, en el cierre de una actuación de ensueño, también aprendí que cuando la orquesta es buena, suena mejor si nadie la dirige. Que el papel de un líder durante la popular Marcha Radetzky, debe limitarse a moderar al público y felicitar a los músicos uno por uno. Como escribió el maestro Lizano"El capitán es el mar". Una enseñanza que intuyo extensible a todos los ámbitos de la vida, quizá porque sea esa mi forma de mandar y el único modo en que consiento obedecer. Una explícita demostración de que llamar clásica a determinada variedad de expresión artística, no es más que un mote caprichoso. Nada tan vanguardista como transformar lo antiguo en contemporáneo. Nada tan alternativo como interpretar una pieza de Strauss con espíritu de rock & roll .

Para quienes se sientan decepcionados por este modo tradicional de empezar 2015, ofrezco dos opciones que huelen a la misma esencia. Ara Malikian en una actuación en el Rastro madrileño, cosechando por fondo y por forma lo mejor del alma multicultural de Lavapiés.




Y Tarja Turunen, la voz del metal, demostrando que la heterodoxia y el buen gusto son carreteras de doble sentido. Su Happy new year alcanza un resultado parecido, pero eligiendo la dirección contraria. Espero que alguna resulte de su agrado. 




Daniel Barenboim, el eje de esta entrada, el genio de las cuatro nacionalidades, el tipo tranquilo que desafió a la ortodoxia hebrea interpretando a Wagner en territorio israelí, porque “el arte no entiende de política, es solo arte”, se presenta como una fuente sin fin de citas virtuosas. Cada entrevista, se torna en un tratado de filosofía y de ese peculiar sentido del humor, tan característico en los seres excepcionales. 


Selecciono un par. La primera, una reflexión que trasciende de si misma: “La música es como el tiempo. La percepción y la realidad. Porque ninguno de los dos aceptan la división entre lo subjetivo y lo objetivo: son ambas cosas. El sonido es física, la música es la expresión del alma. Así conviven en unidad indisoluble.”

La segunda, nos aporta la respuesta posible al conflicto que desangra la Tierra Prometida. Tras reclamar una plena autonomía para Palestina, sentencia: “luego, hay que darse cuenta que no hay una solución militar o política, hay que vivir juntos”.

Que en este 2015 recién parido, judíos y palestinos, españoles y no españoles, humanos y no humanos, hombres y mujeres, izquierdas y derechas, profesores y alumnos, viejos y adolescentes, negros y blancos, listos y necios, aprendamos ese "vivir juntos" que exige el maestro porteño. Como aquella famosa frase atribuida al subcomandante Marcos, “yo soy como soy y tú eres como eres, construyamos un mundo donde yo pueda ser sin dejar de ser yo, donde tú puedas ser sin dejar de ser tú, y donde ni yo ni tú obliguemos al otro a ser como tú o como yo."

A la mierda un 2014 que no me salió bueno.  Con mis mejores deseos de salud y libertad,
FELIZ 2.015.

Comentarios

  1. Desde pequeña mi padre era seguidor del Concierto de Viena, muchas veces me sorprendía que mis amigos o gente en general no lo conociera o no supieran de qué hablaba cuando hablaba de ello. Por ello no me siento decepcionada en absoluto con la elección del primer vídeo, al contrario es justo lo que esperaría encontrar un vdln como el de hoy. Feliz 2015!

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  2. Yo tampoco me siento decepcionada con tu elección. El concierto de Año Nuevo en Viena, en mi casa resulta, todavía a día de hoy, ineludible. Incluso un año les regalé a mis padres entradas para un 'sucedanéo' del mismo en el Liceo de Barcelona. Daniel Baremboin es muy bueno. Aunque debo confesar que para mí en música de orquesta no hay nada como el directo. Así que como a gustos no hay colores disfruto mucho más con un concierto mediocre en directo a una orquesta fabulosa vista en televisión. Qué en el 2015 se cumplan todos tus deseos!!!Feliz 2015

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  3. Pues....yo no lo he escuchado nunca. Y es que tampoco me ha llamado nunca la atención la verdad...
    Sobre Ara, le conocía, me gusta su estilo.
    Feliz año nuevo y feliz viernes!

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  4. También me ha gustado mucho tu elección. Este año no hemos podido celebrar año nuevo todos juntos, pero el concierto de año nuevo y los saltos también forman parte de nosotros en estas fechas. Suelen ser el reloj que mantiene mis hijos y sobrinos resacosos como gárgolas, mientras que los demás revoleteamos preparando la comida y cnotando anécdotas de la noche anterior.

    Un beso y feliz 2015

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  5. Tu artículo me ha recordado a este ejemplo, que me impresionó. Espero que no te moleste que ponga un enlace aquí: http://elmiracielos.com/2015/01/20/project-management-nirvana/

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