Rodrigo y Grabriela. El arte, la revolución posible. #VDLN 82
Vaya otoño que se avecina. Al menos por mi tierra, sin la precipitaciones necesarias para que los embalses de la cabecera del Tajo abandonen su aspecto de mortal desierto y con la climatología ideal para convertirnos en presa de cualquier virus despistado que se cruce en nuestra ruta. Ni frío, ni calor, sino todo lo contrario. Un dilema hasta para escoger la ropa del día. Como en los vientos que profetizan la tormenta, lo peor es lo que se anuncia. Campaña electoral y nieves que se intuyen próximas. Todo un martirio para quien de modo voluntario renuncia a participar de figurante en el primero de los espectáculos y para quien se reconoce en la imposibilidad física de disfrutar otro año más de las montañas emblanquecidas, una de mis pasiones.
El debate político se sospecha largo, bronco, tosco y baldío. Repleto de soluciones irreales y verdades inventadas. El resultado se antoja irrelevante. No escogemos juez, sino verdugo. Bajo la amenaza de ese TTIP que se negocia con el ocultismo del bandido planeando el golpe definitivo, termina por resultar indiferente la mano ejecutora que nos decapite. No hay margen, cualquier respuesta escapa al ámbito de lo nacional. Hace tiempo que nuestro maldito mundo no se resuelve dictando leyes, sino desobedeciéndolas. Por más que nos empeñemos, no hay solución política. Ya lo cantaba The Police en sus Spirits in the material world, una vieja entrada que enlazo por si alguien se anima a recordarla. Decepción tras decepción, como en la vida. La salida está en el arte, en fugarnos del reino de la realidad impuesta, hacia el anárquico paraíso de la ilusión creada. El único territorio en el que aún se reserva un hueco para la libertad, siempre que obviemos la trampa de convertirlo en oficio.
Allí vivo, allí me refugio. En la mierda de textos que voy creando para distintos proyectos a cual más absurdos y en aquellas obras con las que me identifico. En El lobo estepario de Hesse, en The lovers 2 de Magritte, en el No volveré a ser joven de Gil de Biedma, en el Y pusieron esposas a las flores de Arrabal, quizá mi diablo favorito, en las esculturas macabras de Arpad Slancik, en las imágenes de Gottfried Helnwein, en el blanco y negro de Chema Madoz, en los versos Miriam Reyes, en los dibujos a lápiz de Diego Fazio (imagen) o … en músicos y músicas como Rodrigo y Gabriela.
Originarios de México y formados en la escuela metalera, emigraron a Dublín para triunfar como guitarristas con esa especie de rock acústico que acaricia los tímpanos. Se expresan igual en composiciones propias o alquiladas, lo suyo es crear sonidos con los que consiguen colonizar cualquier melodía. Como casi todos los que merecen la pena, a su formación teórica añadieron el talento que solo se adquiere en las calles, en el carnal contacto con las bases. Algo podrían aprender esos dirigentes que se acaudillan por el simple botín de un puñado de votos. Los que te escriben hasta el hastío antes de los comicios y carecen de tiempo para responder ni siquiera a un mensaje de enhorabuena que les envías justo antes de jurar el cargo. Menudo principio. Aspirantes a ángeles convertidos en dioses cuando ni siquiera llegaron a adquirir las alas.
Rodrigo y Gabriela, un placer auditivo para gozar de un otoño triste que no tiene buena pinta. Juzguen ustedes y emitan su veredicto en comentarios. Me refiero a los músicos, lo otro, por irreversible, me temo que resulta ajeno a su criterio.
Feliz #VDLN, feliz semana. Salud y libertad, aunque para conseguirlas tengamos que sumergirnos en el abismo del arte.
Para ver las reglas y las canciones propuestas por el resto de participantes en este juego de blogs, pulse el botón.
Imagen: Diego Fazio (dibujo a lápiz sobre papel) |
Allí vivo, allí me refugio. En la mierda de textos que voy creando para distintos proyectos a cual más absurdos y en aquellas obras con las que me identifico. En El lobo estepario de Hesse, en The lovers 2 de Magritte, en el No volveré a ser joven de Gil de Biedma, en el Y pusieron esposas a las flores de Arrabal, quizá mi diablo favorito, en las esculturas macabras de Arpad Slancik, en las imágenes de Gottfried Helnwein, en el blanco y negro de Chema Madoz, en los versos Miriam Reyes, en los dibujos a lápiz de Diego Fazio (imagen) o … en músicos y músicas como Rodrigo y Gabriela.
Originarios de México y formados en la escuela metalera, emigraron a Dublín para triunfar como guitarristas con esa especie de rock acústico que acaricia los tímpanos. Se expresan igual en composiciones propias o alquiladas, lo suyo es crear sonidos con los que consiguen colonizar cualquier melodía. Como casi todos los que merecen la pena, a su formación teórica añadieron el talento que solo se adquiere en las calles, en el carnal contacto con las bases. Algo podrían aprender esos dirigentes que se acaudillan por el simple botín de un puñado de votos. Los que te escriben hasta el hastío antes de los comicios y carecen de tiempo para responder ni siquiera a un mensaje de enhorabuena que les envías justo antes de jurar el cargo. Menudo principio. Aspirantes a ángeles convertidos en dioses cuando ni siquiera llegaron a adquirir las alas.
Rodrigo y Gabriela, un placer auditivo para gozar de un otoño triste que no tiene buena pinta. Juzguen ustedes y emitan su veredicto en comentarios. Me refiero a los músicos, lo otro, por irreversible, me temo que resulta ajeno a su criterio.
Feliz #VDLN, feliz semana. Salud y libertad, aunque para conseguirlas tengamos que sumergirnos en el abismo del arte.
Para ver las reglas y las canciones propuestas por el resto de participantes en este juego de blogs, pulse el botón.
Te refugias en el lugar del que nunca debiste salir. Es el tuyo.Tus textos, tus "filosofías baratas" que no tienen precio y tus fotografías (esos retratos en B/N que captan el alma), tienen de cualquier cosa menos de mierda. La música me gusta hasta a mi y tu entrada, como casi siempre, me hace pensar mucho y en la linea acertada. Un beso Rafi.
ResponderEliminarMiriam.
BUAAAAH! Qué maravilla! No lo había escuchado nunca. Ni creo que nada parecido. El 3:10 del segundo vídeo (The Soundmaker) me ha dejado tocado y hundido para el resto de la tarde (casi tanto como la voz de Silvia Pérez que nos ha puesto el amigo Tang de Naranja).
ResponderEliminarAdemás tus #vdln tienen el lujo de acompañar música maravillosa con tus textos. Combo ganador. Haces disfrutar, y haces pensar. Gracias ;)
Muy interesante la propuesta que expones. Buen dúo que se deja la piel con cada nota, con cada acorde. Me gustan bastante, tanto como tus palabras. Gracias por este gran descubrimiento.
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