Charly García. El concierto subacuático. #VDLN 106

Todo ser se define como único, pero solo unos pocos nacieron dotados con el don de la originalidad, con ese no parecerse a nadie salvo a sí mismos que el destino reserva para los elegidos. Siempre vi a Charly García como una especie de Valle-Inclán del rock, tan brillante en su faceta de músico como excéntrico en el papel de ciudadano. Cuentan que una vez, hace muchos años, la montó parda en Buenos Aires. Llegó a un concierto borracho de todo o puesto hasta las gafas de cualquier sustancia inhabilitante, sin que ambas cualidades pudieran considerarse excluyentes. El sonido se volvió horroroso en aquel recinto atestado de admiradores. Se enfadaron con razones y al del bigote bicolor no se le ocurrió mejor idea que dejar plantada a la concurrencia, para huir entre improperios hacia el camerino. Ante el fundado temor de un incidente de orden público, un agente de la autoridad golpeó la puerta con insistencia, en clara solicitud de la reconsideración de su postura.

– ¡Abra! Soy policía.

– ¿Y qué culpa tengo yo de que usted no estudiara? – Respondió desde el interior una voz rota que terminó en comisaría.

 Años más tarde en plena reunión de colegas, uno de los asistentes se lamentaba por su mala fortuna en el amor; lloraba con amargura los sinsabores de su compleja relación con cierta dama muy conocida, cuyo nombre omitiré por obvias razones de cortesía. El argentino, el mismo que cambiaba de hembra cada quince días, el que llegó a simultanear tres romances estables (y hasta públicos), el que se lió pasados los sesenta con una cría que no había cumplido ni los dieciséis, el terror de los padres y de los maridos o el que perseguía hasta su cama a las esposas de las mejores amistades, sentenció como si se lo creyera:

– No seáis boludo. Nunca os acostéis con alguien que tenga más problemas que vos. Vaya gana de complicarse la vida.

Una verdad tan grande como complejo debe resultar su cumplimiento, al menos para el diseñador de la frase. Cuántas veces habré escuchado al bueno de Ariel Rot, rememorar entre carcajadas aquel episodio.

Foto: Alejandro Kuropatwa
Allá por 2009, para festejar su cumpleaños y la costosísima rehabilitación de unas multiadicciones que a poco lo ingresan en la tumba, convocó a los fans en Vélez. Al contrario que España, Argentina adora a sus caídos y perdona a los mitos los veniales pecados de humanidad. Se congregaron unas cuarenta mil personas para presenciar in situ la resurrección de dios. Hasta el clima se mostró esquivo. Un viento huracanado que impedía mantener en pie las pantallas laterales habilitadas para el evento y una lluvia que descargó casi veinte litros por metro cuadrado durante la actuación, se confabularon para grabar en DVD aquel ejercicio de natación con guitarras.

– Este es el primer concierto subacuático del mundo. Yo quería hacer música debajo del agua, ¿no?

Con esa frase se presentó ante un público al que poco importaba empaparse en el diluvio o que su maltrecha voz apenas pudiera con los tonos medios. Era la vuelta de Charly García, una divinidad, y a los dioses no se los juzga, simplemente se los adora. Ante lo desapacible del clima, se arropó con un poncho, con su historia y con su banda de los últimos tiempos, la que le obsequió fidelidad incluso en los momentos más oscuros. “Zorrito” Quitiero a las teclas, “El Negro” García López (una especie de Hendrix a lo porteño) con la guitarra solista, Kiushe Hayashida a la rítmica, al bajo ni más ni menos que Carlitos González, mientras el gran Tonio Silva se encargaba de la batería. Casi nada. La voz de Hilda Lizarazu que se lució como nunca en determinados cortes, completaba las notas que quedaban vedadas a la destruida garganta del jefe. Un lujo para quienes gustamos de cantarle a la luna y de esos raros peinados nuevos.



Obsequió a la peña su repertorio más clásico y alcanzó el orgasmo justo en el instante en que arreciaba la tormenta, cuando el “El Flaco” Spinetta ascendió al escenario para interpretar a dúo esa obra de arte titulada rezo por vos. Ninguno de los presentes hubiera apostado un peso a que la culpa de que aquella vez fuera la última, recaería en el llorado Luis Alberto. Lo que es la vida, lo que es la muerte.



Antes y después de tan emotivo corte, Charly se agarró a su piano para recordarnos que casi treinta años más tarde, sigue siendo un amante del riesgo y que por eso prefiere los aviones como medio de transporte. No voy en tren, seguro que les suena. Un abrazo desde aquí a las compas de NAC que hablando de aves que surcan los cielos, vuelan este finde hasta Berlín, para unirse a una voz que también en Europa, clama contra ese ejercicio de innecesaria crueldad hacia los otros animales que apodan caza con galgo. Yo me he quedado en tierra por culpa de una cita con la Finisterra del Mago de Oz que concreté hace tiempo para este sábado en La Riviera.



Pese a las limitaciones de la edad, el viejo rockero sigue deseando una vida más fanky (qué temazo). Los demás también, superamos las dudas y ahora no vamos a detenernos. Aunque en algunos momentos cueste un poco, gozar (de todo, de todas, de todos), es tan parecido al amor como opuesto al sufrimiento... e igual de necesario.



En este viaje sin retorno también queda espacio para la nostalgia, para ponerse tierno y preguntar las razones a algún (o a alguna) amante despechad@. Porque si un día entraste a mi apartamento, al menos deberías saber por qué.



Espero que les guste mi pequeño homenaje a uno de los seres que por su actitud sobre el escenario y por su modo de gozar del presente, sin anclas en el pasado y sin rumbo definido hacia un porvenir que por definición siempre resulta incierto, enseñó a generaciones de hispanos la técnica de supervivencia en este deporte de aventura que convenimos en llamar vida.

Feliz #VDLN, feliz semana. Disfruten ambas como nos enseña el señor García, con salud, la que se tenga, y en libertad, la que nos dejen. Lo dicho, a gozar de lo que se pueda que nunca sabemos cuanto puede durar.

Para ver las reglas y las canciones propuestas por el resto de participantes en este juego de blogs, pulse el botón.


Comentarios

  1. Una voz muy peculiar, me ha gustado mucho! Feliz VDLN!!

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    1. Charly siempre tuvo una voz muy peculiar aunque le vaya quedando poca. Me alegro que te guste. Feliz semana.

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  2. Como señora de un Argentino lo conocía, incluso alguna historieta como saltos de un 5º a una piscina y demás. Como dice mi marido, es el Maradona de la Musica... por sus excentricidades y su sforma de ser..como dices al principio...Unico. Buena semana y salud!

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    1. El Maradona de la música. Me apunto la comparación. Feliz semana

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  3. En un mundo en el que todo el mundo busca seguridades, da gusto ver a alguien que vive de forma insegura y no muere en el intento...

    Feliz #VDLN!

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    1. A mi también me atrae esa idea de inseguridad. Charly ha sobrivivido al intento, pero por poco. Feliz semana.

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