Cincuenta y cuatro. #VDLN 137


Foto: Autoretrato (Rafa Hernández)
Coincido con Bernard Shaw, solo un loco (o una loca) celebra su aniversario. Al estilo de cierto personaje de Lewis Carroll, siempre preferí los no-cumpleaños; abundan más, se alejan de lo vulgar y además no precisan de causa distinta al simple hecho de despertarnos vivos. Las felicitaciones propias de la ocasión las percibo un poco al estilo de “los días mundiales de”; lejos de centrarnos en lo que debiera, se convierten en excusa para ignorarlo el resto del calendario. Después de muchas lunas en huelga de celebraciones y tras una compleja vuelta al sol, en 2.016 volveré a festejarlo. No porque considere mi nacimiento una feliz noticia para la humanidad (ni siquiera la valoro como positiva para mi historia insignificante), o porque la edad venza y al fin me rinda a las absurdas convenciones sociales. En las últimas trescientas sesenta y cinco noches transité por momentos en los que de veras creí que no llegaba; que pese a reconocerme con cierta práctica en el adverso oficio de circular por carreteras sinuosas, en alguna de estas curvas mi existencia decidiría echar el cierre por agotamiento del negocio.

Este nueve de diciembre comeré con los padres bajo un aroma festivo y, si sus trabajos lo permiten, quizá también con alguno de los herederos. Aunque el dulce me desagrada, igual hasta me animo y la emprendo con algo de tarta. Por supuesto vegana, que hasta los excesos alcanzan un límite. Ya por la tarde me vestiré de perroflauta elegante y marcharé a cualquier antro de Lavapiés, a disfrutar con una representación de quienes me quieren sin precisar para ello del sometimiento a la dictadura de la genética. La ocasión lo merece. Pese a la salud, la mala; pese a un ambiente colectivo que da náuseas; y sobre todo, pese a mí mismo; seguimos vivos y… con ganas.



Como suele decir José María de laparejitadegolpe, cortito y al pie. Nada de rollos existenciales, ni de opiniones más o menos disparatadas sobre aquello que de modo autónomo decide revolotear la cabeza. Me permito un descanso en la utopía y, en agradecimiento por seguir ahí y hasta leerme un rato si el estrés hace una pausa, les regalo las músicas que escucho de modo habitual, cuando me abandono al abrazo de un amable sofá en ese trozo de aire al que denominamos casa.



Las hay para todas las situaciones. Con los viejos The Residents sigo compartiendo esos trozos de oscuridad que a veces vienen; Juan María Solare, un argentino “de clásica” que merece la condición de universal, sirve para los instantes de pausa; cuando me siento creativo, conecto con la imaginación contemporánea de Erik Mongrain, un tipo inclasificable que ha sublimado el tapping a dos manos sobre una acústica, hasta convertirlo en pura obra de arte; pero cuando corresponde salir de fiesta prefiero la compañía de Grace Potter, un huracán de mujer capaz de elevar el alma. Con algún esporádico viaje hacia la nostalgia, ya no consumo mis horas escuchando a los Clash o a los Ramones. Todo tiene su momento, todo se pasa. Y aunque siga adorando a Slipknot o venza el pánico a volar por encontrarme con los locos armenios de System of a Down, tampoco estamos para muchas cañas. Serán los cincuenta y cuatro que recién nacidos ya empiezan a cobrarse la factura. 



¿Y el futuro? Ni lo intuyo, ni me preocupa. El criterio de la derivada de mayor orden, aplicado a esa función continua que llamamos vida, descubre la presencia de un punto de inflexión cuya concavidad no me perturba. Si algo he aprendido en más de medio siglo de vagar sin destino por la Tierra, es a comprender el presente como única certeza conocida. Y el mío, en este instante, se escribe sobre tres citas:

Repudio todo pensamiento sistemático porque todo sistema conduce necesariamente a la trampa (Jorge Luis Borges).

No hay normas, todos los hombres (mejor seres) son excepciones a una regla que no existe (Fernando Pessoa).

La felicidad es darse cuenta que nada es demasiado importante (Antonio Gala).



Buff. Al final entre músicas y letras me quedó un patada al espacio de casi cuarenta metros. Mi estilo. Pese a un físico poco favorable, siempre me agradó más jugar a la vida con balones ovalados de imprevisible bote que el aburrimiento táctico del fútbol. Espero sepan disculparme.

Feliz #VDLN, feliz fin de una de esas semanas absurdas que nos gastamos en España. A disfrutarlo en cuanto se deje con salud y en libertad.




Comentarios

  1. Unos temas preciosos y sorprendentes, pero hoy me quedo con el texto. Qué bonito lo cuentas todo. Rafa, hay que celebrar, las cosas buenas bien merecen su celebración, grande o pequeña, pero hay que festejarlo... que la vida ya nos da palos que cuestan olvidar... Las alegrías compartidas se agrandan, así como las penas compartidas se hacen más pequeñas. Muchísimas felicidades y a seguir cumpliendo y celebrando muchos más! Y que nos los sigas contando así de bonito. Feliz fin de semana.

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    1. Sí todo compartido con los seres adecuados es más bonito o menos feo. Muchas gracias por la felicitación y por el comentario.

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  2. ¡felicidades!, y arriba es autoestima,amigo¡.gracias y un abrazo

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  3. Yo también cumplí años el 9 de diciembre. En mi caso, 60.

    Si llego a leer esto ayer, hubiera intentado pasarme por Lavapiés para invitarte a una birra de las de antes en el antro que hubieras querido.

    Bueno, ya tengo entretenimiento para el cumple que viene.

    Feliz cumple y #VDLN

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    1. Felicidades!!! Para esa birra, tampoco es imprescindible esperar un año. Cuando gustes.

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  4. Para la humanidad no lo sé, pero para quienes te conocemos de cerca sí que es una buena noticia que se te ocurriera nacer. Para mí por lo menos. Como ya te felicité por otros medios, solo pedirte que no dejes nunca de contar tus cosas. Lo haces muy bonito. Un besazo.

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  5. Hay que celebrar la vida, no el aniversario del dia que nacimos, sino el ir sobreviviendo en este mundo, que no es poco. Buena semana!

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    1. Cada día, cada instante, porque ninguno vuelve.Gracias por comentar.

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  6. Eric mongrain me chifla, lo conocí en mi época universitaria. El Airtap me encanta. Había otro que también tocaba muy bien de esa forma.

    Grace Potter & The Nocturnals menudo descubrimiento! me ha gustado mucho.

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    1. En ese estilo conozco a Justin Lewis, Andrew Lopatin y a Giovanni Bagglioni. John Gomm, a quien dediqué un VDLN hace tiempo, consigue algo parecido pero con el instrumento en vertical, por lo que la iterpretación es más "guitarrera". En esa misma linea, suenan fenomenal Tobias Rauscher y Ewan Dobson, a quienes tengo en lista de espera para cualquier semana. La Potter es un torrente. Me alegro que te guste. Gracias por comentar.

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  7. A ver por dónde inicio... música interesantísima como siempre.
    Tus palabras... hacen pensar, emocionan, sacuden, vuelven a emocionar y te siguen haciendo reflexionar. Muy muy buenas esas tres citas finales... la tercera una absoluta verdad, si jamás existiera una.
    Te dejo un abrazo enorme y muy sincero, porque pese a todo, estás vivo y con ganas... y te deseo lo mejor para el día de tu cumpleaños que ya pasó, y sobre todo, para los otros 364 restantes... hagamos como el famoso osito Pooh y celebremos el "no cumpleaños" y que todos los días sea una fiesta!!

    Un besote.

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    1. Cuánta razón la de Pooh. Lo esencial es encontrarse vivo y con ganas. Me alegra que la entrada en su conjunto resulte de tu agrado. Besos.

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  8. Después de leerte y escuchar tus propuestas, sólo me queda felicitarte. Por tu buen gusto y por tu manera de decir las cosas, como siempre. Y desearte de nuevo feliz vida.
    Un abrazo

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    1. Muchas gracias "jefe". Feliz vida para ti también. Nos hace falta a todas. Un abrazo.

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  9. Respuestas
    1. Muchísimas gracias. Feliz lo que queda de semana. Voy con mucho retraso.

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  10. Músicas originales, diferentes, nunca las había oído, pero lo que más destacaría sería las palabras que has escrito entre canción y canción.

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