Holly Johnson. Relax. #VDLN 162

Bonito restaurante, este de Chueca. Imagen de antiguo mercado, pero con esa fusión entre lo viejo y lo contemporáneo que otorga a los sitios el regalo de la elegancia. Cocina natural, no estrictamente vegetariana, y una claraboya que trasparenta las estrellas con tiempo despejado, el lugar perfecto para cualquier comienzo. En una mesa discreta, dos seres de diferente sexo charlan con esa pausa que delata la celebración. Un cumpleaños, quizá un nuevo proyecto que se prevé exitoso o tal vez el reencuentro entre viejos compañeros, entre hermanos que se distanciaron por estúpidas cuestiones hereditarias o entre amantes que nunca del todo dejaron de serlo. Cualquier cosa menos una pareja en el sentido convencional del término, demasiada complicidad para tan vulgar concepto. Se les adivina molestos cuando alguien solicita un selfie a uno de ellos; pero responden con una sonrisa forzada, aceptándolo como el desagradable impuesto que grava la popularidad. Maldito calor que obliga a medio desnudarse en esta asfixiante noche madrileña y maldita baliza en el cuerpo que siempre termina por descubrir a quien solo desea confundirse entre la multitud. Aunque ambos parecen disfrazados de economías humildes, les delata el pedir sin atender a la zona derecha de la carta y ese refinado gusto que solo pueden permitirse quienes desconocen los agobios de los finales de ciclo lunar.



–¿Brindamos?
–¿Con agua sin gas?
–Es lo que hay y tampoco más nos hace falta.
–Por el instante.

Mientras esperan una cuenta que se alarga como si el metre resolviera alguna fórmula de química orgánica, el pasado se volvió recuerdo y el futuro, si es que existe, un enigma que solo el destino sabrá descifrar. Cuando dimiten del cambio en favor de la camarera, se atreven, por fin, a interrogar a la madrugada:
–¿Y ahora?
–Haz caso a la canción que suena. ¿Te acuerdas? Relax, don't do it...
When you want to come.



Los elegidos por el feo oficio de asesor fiscal, pagaríamos a cualquiera capaz de robarnos los meses de mayo y junio. Ni el físico, ni la mente, dan para otra cosa que este clásico de FGTH, con el que imaginar anónimas conversaciones de sábado noche, en cualquier garito de la capital. Transformada por el talento de Brian de Palma en banda sonora de la exitosa Doble cuerpo, prefiero la versión de Holly Johnson, el antiguo cantante, reconvertido por el sida y el tiempo en pintor de culto. Para nostálgic@s, enlazo también el provocador vídeo de la escena del sueño, sin subtítulos, no sea que nos censuren quienes ahora practican la revolución condecorando vírgenes.

Feliz #VDLN, feliz semana. Salud y libertad.

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Comentarios

  1. Menudo temazo!! Eso voy a tener yo, que relajarme e irme a la cama ya, que son casi las 2!! Feliz semana!!

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  2. Relajarse con esa música es difícil y con el ambiente del último vídeo, aún más.

    Feliz #VDLN

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  3. ¡Cuánto hace no escuchaba este tema! ...pero lo que más me gusta, sin dudas, es leerte.

    Buen fin de semana, besos.

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