Kid Creole. Stool Pigeon. VDLN 230

Imagen: Ana Teresa Fernández (óleo sobre lienzo)

El argumento se repite con independencia de la causa. Discrepantes opiniones políticas, diferencias de criterio sobre algún asunto de relevancia social o la simple apreciación de un lance del juego en un Madrid-Barsa. Da igual. La certeza y la falsedad no se definirán en función de unos hechos que siempre consideraremos discutibles, sino del juicio apriorístico de quien los observa. No es solo que alguien nos mienta, es que escogemos creer la falacia siempre que coincida con nuestras ideas. Solicitamos diálogo para que nos escuchen, nunca para escuchar. La verdad a la carta que seleccionamos de los medios o las redes es cualquier cosa menos la verdad.

Lo aprendí de alguien hace ya mucho tiempo: si de continuo la realidad ratifica nuestros pensamientos es que pensamos muy poco y además muy mal. Como aquella frase de Keynes que me permito traducir a mi antojo: más que aprender lo nuevo, lo que cuesta es desprenderse de lo que ya no sirve. Y en este mundo nuestro, la mayoría de lo que asumimos como cierto —incluyo aquello que se vende con etiqueta de modernidad— rebasó hace años la fecha de consumo aconsejada en el envase.

Por combatir el hastío que me provoca todo lo intrascendentemente trascendente, elijo a Kid Creole como fondo musical en una de esas piezas nacidas con la pretensión de hacernos bailar un rato, a ser posible sin pisar, y divertirnos fusionando culturas. No es poco.

Feliz VDLN, feliz semana. Salud y libertad.

PDT: Lamento las recientes desapariciones de Aznavour y del gran, grandísimo, Jerry González. Vaya semanita. Pero en esta página tenemos por costumbre no hablar de entierros. Lo de recordar a la peña solo cuando muere no se encuentra en nuestro manual de estilo.