Fin de ejercicio. VDLN 240


Concluye 2018. Tiempo de balances por ese vicio importado de la economía ante el que todos terminamos sucumbiendo. Una ciencia que no lo es empeñada en el imposible de introducir la infinidad del universo en el angosto espacio de una cuenta de resultados. No me atrevo a calificar mi saldo. El ejercicio no cabe en un bueno o un malo, simplemente fue que ya es bastante.

Resumo mi año en tres canciones que de algún modo lo definen. Porque como Robe, otra vez me levanto Contra todos; como Bunbury y Malikian me siento Extranjero en cualquier sitio (no se pierdan el violín de Ara en esta versión), y como demuestran cada vez que se suben a las tablas una pareja de argentinos afincados en Bilbao que responden a la denominación mercantil de Capsula, el talento no se halla en OT ni en esa seudomemez que en España nos atrevemos a llamar indie nacional con discutible juicio. Sigo sin explicarme cómo, también en la música, pueden denominarse independientes a sonidos distribuidos por multinacionales.

En el horizonte, la decisión de sustituir cosas que queremos por las que amamos, aun cuando por el camino se nos queden trozos de vida insustituibles. Toca reinventarse, quemar los navíos y, con los restos abrasados de los viejos maderos, construir nuevas ilusiones que nos conduzcan hasta donde los vientos accedan a llevarnos. Partido a partido como instituyó en mi Atleti el Cholo Simeone, de momento, la nueva vuelta al sol nace con un único deseo: alcanzar el 31 de diciembre.









Por si en algún instante dejamos de vernos, feliz año, feliz vida. Disfruten de lo que quede con salud y en libertad y, si sacan un rato, léanse El rostro de los sueños... Aunque solo sea por la curiosidad de conocer qué escriben los locos.

Lo dicho, que les salga bonito 2019.

Comentarios

  1. Rafa, 2019 se presenta muy surrealista. Esperemos que se mantenga esta pequeña isla musical de #VDLN.

    De todas formas, creo que más se perdió en Cuba.

    Feliz año y toda la parafernalia.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Lo más heterodoxo