London Grammar. Interlude. Vdln 6

Hay canciones que sirven para ayudarnos a pasar la aspiradora, otras para bailar, para enamorarnos, para deprimirnos o para alegrarnos el espíritu. Un pequeño grupo carecen de utilidad conocida. Lejos de la música a granel de las listas de éxitos, exigen botella de diseño y ennoblecimiento en barrica. Obras maestras que solicitan un hueco en una tarde de domingo, para disfrutarlas sin más compañía que nuestra droga predilecta. El arte por el simple placer del arte. Textos y sonidos que se convierten en finalidad. 

A esta categoría pertenece el tema con el que hoy adornamos el viernes. London Grammar quedan fuera de moldes. No caben. Son contracultura en el sentido más auténtico del término. Frente a los que por edad tendemos a pensar que música-música la de antes, estos chicos londinenses oponen unas melodías que regalan paz y unas letras profundas en lo filosófico, en lo sentimental y hasta en lo literario. Hannah Reid es el alma del grupo. Su voz sensual que no sexual, melancólica, pausada y sobre todo preciosa, domina el escenario. Pero nada se escucharía igual sin la guitarra de Dan Rothman y sin los teclados, percusiones y mucho más de Dot Major. Se conocieron en la universidad. Se nota. Suenan cultos. Quienes observan en ellos una secuela depresiva de Diclosure o una segunda entrega de XX, se confunden. Ni mejores ni peores. Diferentes. Más que tristeza evocan quietud. El sereno disfrute de placeres maduros.



Los sacerdotes de la crítica han bautizado su estilo como art-rock. De las pocas ocasiones en que los lemas electorales de las discográficas aciertan de lleno. Lo de London Grammar es por mitades exactas rock y electrónica, pero sobre todo arte. Con tan solo un EP y un CD grande en el mercado (If you wait de 2013), se han convertido en una de las piezas más repetidas de mi colección de música para escuchar. Sus discos reposan sin desentonar junto a Tuxedomoon, Wim Mertens, John Zorn o las obras para piano de Listz, cuando a las teclas se halla Daniel Barenboim. 

Elijo este corte aunque serviría cualquier otro. Lo suyo no es un álbum, sino una sobredosis de talento. Pese a lo incipiente de su carrera, difícil que repitan. Cada nota se convierte en caricia. Llega a cansar tanta belleza. 

Como siempre, dejo el poema al pie - espero no haber mentido demasiado en la traducción - y como casi siempre, acompaño enlaces con una muestra de su obra. Esta vez, para democratizar un poco el blog, seleccionada por cooperantes a quienes reconozco exquisito gusto musical.

Para todos los nómadas que como diría el maestro Battiato, buscamos los ángulos de la tranquilidad y confiamos encontrar la paz al final de algún camino, fabricamos una pausa: London Grammar, Interlude.

"Miradas grises bajo la luna. 
Esta noche voy a soñar contigo.
en lugar de con gente y ritmos
y allí estarás.
Estarás dentro de mi cabeza. 
Hmmm, voy a soñar contigo. 
Hmmm, sueña tú conmigo también. 
Hmmm, tus manos, están sobre mi cara. 
Hmmm, no habría ningún lugar mejor. 
Algún súper hombre debe haberme disparado  
al despertar. Nunca corrí lo bastante rápido. 
Oh mis errores. 
¿De verdad me querrías 
a la luz del día? Ese mismo hombre 
me dispara los defectos a la cara
Hmmm, voy a soñar contigo. 
Hmmm, sueña tú conmigo también. 
Hmmm, tus brazos rodean mi cintura 
Hmmm, no habría ningún lugar mejor
Podrías abrazarme.  
Podrías abrazarme."


If you wait, recomendación de Lara López.





Strong, recomendación de Rosa Sánchez.




Espero que les guste. Buen viernes, buen fin de semana. Salud y libertad a todas.



Comentarios

  1. Cabr... ¡cómo escribes!. Preciosos temas. No los conocía de nada. Yo también quiero elegir canciones. Jo!

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  2. No conocía a estos chicos, me han parecido fabulosos! Dulces, elegantes, tiernos... qué buenos! El piano de la primera canción me ha cautivado totalmente. Con esta música uno puede entrar en trance...
    Gracias por descubrírmelos :-)
    Feliz viernes

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  3. no los conocia de nada. Suenan muy bien sobre todo la segunda canción.

    besos.

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