Starsha Lee. El arte como ofensa. #VDLN 164

Porque hay cosas que se vuelven esquivas a la libre elección, en pleno jueves de Corpus paseo por Toledo, mi ciudad, me agrade o no. Calor asfixiante; calles engalanadas con ofrendas florales; tomillos en el pavimento; militares en uniforme de gran gala; mucho, mucho clero; y una agotadora insistencia de símbolos religiosos en honor a un Dios que llaman de los pobres. Caramba con esa divinidad tan austera que precisa caminar bajo entoldado, no sea que le dañe la luz, y al cobijo de una custodia de oro macizo, rodeada de humanos con disfraces del medievo que cotizan a miles de euros: mozárabes, caballeros del Santo Sepulcro, infanzones, profes de universidad y hasta una cofradía de supuestos investigadores en la que encuentran acomodo los que, en posesión de título superior, carecen del pedigrí suficiente para incorporarse a cualquiera de las otras castas... ¿Dónde miran los jueces de menores cuando a un sol de cuarenta grados desfilan los críos, con su traje de comunión, solo para el babeo de ascendientes de primer y segundo grado? Y de remate, el Ayuntamiento medio del cambio que padecemos, incita a los indígenas a emocionarse con su fiesta mayor. Joder con la ciudad de las tres culturas, qué bien disimula a las otras dos, cuando no se trata de vender entradas para el parque temático en que se ha convertido.



¿Y si ahora manifiesto que me agrede esa ocupación de los espacios comunes o la rendición de las autoridades de un Estado, supuestamente aconfesional, a las simples creencias de unos pocos; y que quienes solicitan respeto para con su fe, podrían comenzar por hacer lo propio con las incredulidades del resto? ¿Por qué constituye un delito que te puede costar la cárcel, cualquier cosa que se interprete como ofensa a unos símbolos sectarios y no la proclamación como ciertas, de unas hipótesis que aún nadie ha sido capaz de demostrar y con las que además pretenden condicionar la vida de tod@s? Probablemente lo expliquen con la fe (mal muro para topar) o, si no basta, con la tradición, el mejor modo que halló el homo sapiens para justificar lo que desde el raciocinio se muestra imposible. Tal vez recurran al arte, pero por ahí sí que no paso. La expresión artística, por definición, supone transgredir, causar heridas graves en todo lo establecido, cuanto más profundas mejor. Desde el respeto a las creencias íntimas y desde la repulsa al exhibicionismo proselitista, endémico en todas las religiones; la custodia de Arce, la de mi pueblo, será un monumento a la opulencia, al dominio de la superchería sobre el intelecto o la victoria de una confesión sobre las otras, porque la suya es la mejor. Pero jamás podrá llamarse obra de arte.

Quizá contagiado por la habitual técnica de nuestro amigo el ratón Jerby, a la hora de confeccionar sus entradas, buscaba un tema con el que ilustrar las ideas que me perturban en estos días. Pensé en el Opio de Héroes, por aquello de la similitud entre todos los credos y determinada sustancia narcótica, bajo cuyos efectos las cosas más triviales se vuelven fundamentales, según la certera letra de Enrique Bunbury. Pero recordé a una de las bandas que en mi personal criterio mejor representan la esencia de la creación contemporánea. Tras la marca Starsha Lee, se esconde el proyecto personal de Sofía de Oliveira. Una dama de origen portugués, afincada en Londres, que a sus cualidades musicales une un talento innato para la fotografía, en la que actúa bajo el apellido de su madre (Martins). También para la provocación, a qué negarlo.



En estos tiempos en los que arrasa el famoso Despacito que muchos identifican con la versión actual de la rebeldía adolescente, ella se encarga de marcar las diferencias: mientras el reguetón equivaldría a aquellas play-back de Alaska o al rancio pop cañí de Gabinete Caligari (muy respetables para quien le agraden, eso sí); Starsha Lee tendría más que ver con el The Magnificent Seven de los Clash (no paren, den todo lo que tengan), el Fuck'n'roll de Wendy O. Williams (Plasmatics) o con el She's Lost Control de la Joy Division de Curtis. Sin demasiado convencimiento, espero que les gusten, tanto en la faceta sonora como en la secuencia de su obra fotográfica que les enlazo por si apetece. Ya les anticipo que ninguna son bucólicos paisajes en color con la pretensión exclusiva de resultar amables, tras largas horas de photoshop. Lo suyo es arte, puro arte, ese que en esencia equivale a transgresión.



Disculpen el súbito cambio de registro respecto a semanas anteriores. Mi último deseo sería el de ofender a alguien, pero hoy... lo necesitaba. En mi descargo, reclamo la atenuante de la legítima defensa. Feliz #VDLN. Salud y libertad.

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Comentarios

  1. Yo no puedo con la hipocresía de este país respecto a la religión, país aconfesional en el que se financia a la iglesia, se les exhime de pagar el IBI y encima como les dan poco, te ponen una casilla en la declaración de la renta. Pero no digas nada, que encima les ofendes. Y digo yo, ¿no ofenden ellos al resto de las religiones que se sustentan solas y no van por ahí imponiendo sus creencias (menos los mormones y los testigos, que predican). Yo no soy creyente, y también me fastidia bastante que se nos imponga y se nos meta con calzador la religión católica. La música me ha encantado por cierto, y odio el despacito!! Feliz semana!!

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    1. Razón tienes. Esto carga. Menos mal que siempre queda la música. Feliz semana.

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  2. Ufff el tema religioso en este país llega a extremos ridículos. La pelea familiar que tengo por decidir que el niño no haga la comunión, y cambiarlo a un publico eligiendo educación cívica aun me da ardores... No me molestan las procesiones, incluso veo algunas... otra cosa es este de acuerdo con todos los beneficios fiscales, subvenciones, etc que tienen...Ya cansan!

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    1. Si vivieras en Toledo, acabarías odiando, entre otras cosas, las procesiones, créeme.

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  3. No te hagas mala sangre. El arte y la cultura siempre han sido el escaparate de la política y el poder; o del contrapoder, ¿qué más da?

    Tomátelo como un termómetro de quién manda en cada sitio.

    Feliz #VDLN

    Ah! Gracias por la mención.

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    1. El blog, los libros y los recitales me sirven para sacar la mala sangre. El resto del tiempo soy más o menos normal, o al menos, eso espero. Feliz semana.

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