Hay alternativas
Entrevista en la revista Vecinos,
Diciembre de 2011
Attac-Castilla-La Mancha está presentando por
toda nuestra región el libro “Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y
bienestarsocial en Castilla la Mancha”, que ha sido prorrogado por Noam
Chomsky, lingüista y filósofo estadounidense. Hace unos días, los economistas
de Attac Fernando del Amo y Rafael Hernández, ambos vecinos de Toledo, fueron
los encargados de darlo a conocer en la
librería Taiga de Toledo, con gran afluencia de público. En esta entrevista se
ofrecen las claves de este interesante texto, imprescindible para conocer otras
opiniones diferentes a las “oficiales” y reflexionar sobre las verdaderas razones
de la crisis y el futuro de una economía globalizada.
Orlando Lumbreras.- El libro hace un
diagnóstico de la crisis que pocas veces se escucha. Habitualmente se insiste en
que todos hemos despilfarrado y que ahora hay que pagarlo.
Fernando del Amo.- En realidad, lo que está
pasando es que se está produciendo una “revolución al revés”, un trasvase enorme
de rentas de todos nosotros hacia una minoría de súper ricos. Todo esto produce
un aumento en la desigualdad que no ayuda precisamente a salir de la crisis.
O.L.- ¿Y lo del despilfarro?
F.del A.- Sobre lo del despilfarro, leo
textualmente del libro: “El endeudamiento no se
debe como a veces se dice, a que los
españoles hayamos vivido por encima de nuestras
posibilidades, sino a que los salarios han estado
por debajo de nuestras necesidades”. Cuando se habla en el libro de “necesidades”
se refiere a un ciudadano medio europeo, a las que el españolito no pudo llegar
ni en tiempos de bonanza. Se oculta algo importante: desde 1976 las rentas de
trabajo son, alrededor de un 15% menores,
es decir que tenemos menos dinero que entonces, y eso se ha sustituido por el
crédito.
O.L.- Todo el mundo dice que no hay otra
salida que perder derechos, recortar salarios, y privatizar. Vosotros decís
todo lo contrario.
F.del A.- Todas estas políticas se llevan
aplicando en España y en otras partes del mundo muchos años. El resultado está
a la vista: más paro, más gente obligada a trabajar en condiciones más
precarias o menos y peores servicios públicos. En resumen, un mayor
empobrecimiento de la población para
beneficio de una minoría
O.L. ¿Qué medidas hay, que sean posibles y
que no pasen porque la mayoría pague esta crisis generada por la especulación?
F. del A.- Las soluciones que proponemos
pasan por varios tipos de medidas. Unas suponen aumentar el nivel de vida de la
gente de forma que a mayores salarios más capacidad de consumo y mayor
actividad económica. Para esto, habría que revertir la revolución al revés y
acabar con la pobreza, que reduce el consumo y agrava la crisis.
Otra serie de medidas deben hacer que la
crisis la paguen quienes la causaron, que además se benefician de ella, los
financieros. Para eso, es imprescindible que la actividad bancaria esté regulada
y paguen impuestos por sus beneficios y por las operaciones que realizan. Para
ello, ATTAC lleva proponiendodesde hace muchos años que se imponga un Impuesto
a las Transacciones Financieras o Tasa Tobin.
O.L.- A estas medidas, tú sumas algunas de
eficiencia fiscal. Explícanos a que se refieren.
Rafael Hernández.- La idea de eficiencia
fiscal se refiere a la posibilidad de aumentar las recaudaciones del sector
público sin subir impuestos. Se asienta sobre tres pilares: regulaciones tributarias
sencillas de entender y de aplicar; lucha decidida contra las distintas formas de
fraude y desaparición de beneficios fiscales injustificados.
Hay que tener en cuenta dos datos muy
importantes. Por un lado, la Agencia Tributaria en su informe de liquidación del
2008 admitía que los grupos consolidados -las grandísimas empresas del país-
tributaban a un tipo medio efectivo del 14,5%, menos de la mitad del teórico y bastante
inferior a la retención que se aplica a una nómina de, por ejemplo, 1.800 euros
mes. Y por otro, las estimaciones de la Fundación Cajas de Ahorro hablan de
unas cifras de economía sumergida en torno al 23-24% del PIB. Ojo, que por economía
sumergida entendemos las grandes bolsas de opacidad fiscal, no el «chispas» que
hace chapuzas por las tardes.
O.L.- Dijiste en la presentación que este
modelo no es sostenible, que hay que cambiarlo.
R.H.- El modelo actual es insostenible
porque precisa un crecimiento económico constante,
un consumo de recursos superior a su
capacidad de regeneración y unas necesidades de capital que hoy está preso en
negocios especulativos, mucho más rentables que producir
bienes y servicios. El capitalismo ha convertido
al hombre en una especie de virus que consume sin apenas aportar. La gran
enseñanza del siglo XX es el descubrimiento del límite. Todo está limitado: el
suelo, el aire, la energía, el capital... y nuestro modelo económico está
pensado para el mundo que surgió de la revolución industrial. Un mundo sin fin.
O.L- Tú sueles hablar de que la economía
debe servir a las personas y no al revés.
R.H.- Me podría extender mucho, pero voy a
citar un par de ejemplos. Puede concretarse en un nuevo modelo de empresa en la
que el objetivo sea maximizar la satisfacción de todas las personas que
intervienen en el proceso producción-distribución: trabajadores, clientes, proveedores,
consumidores, mientras que la retribución al capital pasa a ser un dato, algo necesario,
pero no el único objetivo. O se puede también concretar en un sistema fiscal
que traslade al mecanismo de formación de precios los efectos ambientales de
los bienes o servicios, las desigualdades sociales o laborales o sexuales que
provocan, y, en general, todos esos efectos que existen pero que no se
cuantifican.
O.L.- ¿Qué es eso de la deuda soberana, que
es tan grande y que dicen que nos empobrece?
F. del A.- Si no se consiguen los
suficientes ingresos vía impuestos, es necesario recurrir a pedir prestado, a
endeudarse. El problema es que la deuda se ha usado en gran parte para “salvar”
a los bancos. Esa deuda, además, se pide a los propios financieros “salvados”
-cría cuervos que te sacarán los ojos-, que imponen sus condiciones en el
precio a pagar -la famosa prima de riesgo tiene que ver con esto- y en los
posteriores recortes impuestos por las administraciones para obtener el dinero
con el que pagar esa deuda. Por lo tanto, Se hace necesario conocer el origen
de esa deuda, a través de una auditoría ciudadana que repudie aquella deuda odiosa
o ilegítima.
O.L.- Sabemos que también estáis haciendo
un análisis de lo que está pasando en la región, lo que denomináis el
“Cospedalazo”.
F. del A.- Por un lado, se vuelve a cargar
el coste de la crisis sobre los empleados públicos con rebajas salariales, lo
que implica menos capacidad de consumo, y más horas de trabajo, lo que
significará menos empleados y más paro.
Pero también, el “Cospedalazo” acaba con medidas
que favorecen a las familias como el
programa de gratuidad de los libros de texto, o las ayudas al transporte de
pensionistas o estudiantes, además de otros programas de bienestar social, de
cooperación internacional, de empleo en los municipios rurales de la región o en
los programas del Instituto de la Mujer. Además y para más «inri», supone un paso
definitivo a la
privatización de nuestra sanidad pública
porque para nuestros gobernantes todo es susceptible de negocio, justificado por
la mentira de que el sector privado es más eficiente y hacer mejor las cosas
con menos dinero.
O.L.- ¿Qué medidas concretas se pueden ir
tomando en Castilla-La Mancha?
R.H.- A corto plazo se impone un rigor en
el gasto no imprescindible -el gasto social es imprescindible- y un aumento de
los ingresos que puede lograrse aplicando las siguientes medidas:
- Atajando el fraude.
- Usando la facultad normativa de la
Comunidad Autónoma para eliminar exenciones incompatibles con la actual
situación.
- Establecer un gravamen a las
transacciones financieras especulativas y a la simple tenencia de segundas y
terceras viviendas.
- Impulso de una gran banca pública
regional que dinamice el crédito.
- Selección de entre todas las posibles
inversiones públicas aquellas que fomenten la economía sostenible y la creación
de empleo.
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