15M. Alternativas desde arriba?

Desde distintas posiciones de eso que denominamos izquierda política, reciben en estos días con alborozo que determinados sectores de mi querido 15M apuesten por cambiar de vía. Conste que están en su derecho. No seré yo quién niegue legitimidad a lo acordado en una asamblea soberana. Cada cual es libre de usar su cuerpo y su vida como estime conveniente. Incluso de lanzarse al vacío cuando quiera y como quiera, por una atractiva ventana. Pero, casi siempre, caer desde un quinto piso produce la muerte instantánea. O, al menos , heridas de tal gravedad que te dejan al borde de la invalidez. No afirmo que nadie se encuentre en esa situación, solo reconozco su derecho.


Me consta la buena fe de quienes considero mis compañeras. Se, porque nos conocemos en muchos casos, y nos intuimos en otros, de su deseo de usar a la vez una metodología capaz de revolucionar sin sangre, y una marca electoral que permita acelerar ese proceso. El problema es que en alguna multinacional interesada desde hace tiempo en adquirir el producto, puede adivinarse la intención de utilizar el nombre y condenar al desuso la patente industrial. Para que la operación resulte satisfactoria, habría que incluir en el contrato de compraventa un exhaustivo clausulado. Habría que impedir ese adueñarse de la competencia para eliminarla, tan habitual en el tráfico mercantil.



Foto: Rafa Hernández
En esta sociedad nuestra de titulares expresivos y editoriales sin fondo, de “tuits” más o menos ingeniosos, pero sin mayor propósito que el de regalarnos un buen rato; repetir una frase termina por convencernos de la certeza de su contenido. Desde que el movimiento se instaló en las plazas, muchas han sido las voces que frente al “no nos representan”, esgrimían su famoso “no todos los políticos son iguales”. Cuando solicitabas ampliación de la idea, solían responderte que había miles de personas honradas que hicieron de la representación ajena su oficio y que llevaban años ejerciéndola con honestidad y transparencia. Cierto. Nada que oponer a esa tesis. El tiempo se encargó de reducir los miles de ejemplos a cifras bastante más modestas. Pero la cantidad nunca modificó la cualidad. 


Tras ese razonable e inocente titular – no todos son iguales- se esconde la presunción de que la honradez se clasifica por estanterías. Y eso si que se antoja discutible. No se conoce partido, coalición, agrupación o asociación electoral que tras ejercer el poder de modo continuado, no se haya visto salpicado por transfuguismos, corrupciones en sus distintas formas, financiaciones discutibles o flagrantes incumplimientos de su programa electoral. No es preciso citar ejemplos. No busquemos el problema en los cromos. El álbum huele que apesta y contamina cualquier imagen que coloquemos en su interior. Que Rajoy y su banda obtengan la medalla de oro y el premio especial al descaro, no significa que el resto no hayan hecho méritos para subir al podio.



Celebro de modo sincero lo que parece un cambio favorable de actitud en esa izquierda política y en sus sindicatos afines. Aplaudo con entusiasmo que ahora, al menos un sector, apoye las convocatorias de los diversos movimientos ciudadanos. Me ilusiona esa nueva vocación de horizontalidad y de construir entre todas y en modo que esperamos igualitario, una opción razonable a este mundo desbarajustado que padecemos. Vivir en pareja resulta más gratificante, barato y efectivo que la soledad. Pero antes de mudar de casa el cepillo de dientes, conviene asegurarnos bien de las intenciones de la otra parte. Todos sabemos lo que ciega el amor.


En fin, que viva el romanticismo, pero que conviene preguntar al novio por qué ahora es bueno lo que el pasado otoño o la última primavera, resultaba indiferente, cuando no reprobable. O por qué en lugar de iniciar su propio proceso de convergencia, no se incorpora a las “Alternativas desde abajo” que, con credo similar, se construyen desde mayo en buena parte del estado. Antes de iniciar la convivencia se agradecerían unas disculpas y la promesa de someterse a terapia igualitaria. Espero que el insuperable y relativamente bajo techo electoral que anuncian las últimas encuestas, no tenga nada que ver en el asunto. Sería una pena.


Lo que nunca comprenderé es ese afán de muchas compañeras por postularse a las elecciones europeas. De verdad que me parece criar gusanos para combatir un plaga de mariposas. Lo siento gente, pero en casi todos los parlamentos, las manos no se elevan al viento en señal de aprobación; se suelen llevar a la cartera ...

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