Maika Makovski. Los perfiles de Maika. #VDLN 63.
Curioso el momento que vivimos. Los periodos de crisis que se repiten en la historia como un gazpacho con sobredosis de ajo, viajan con frecuencia asociados a estallidos nucleares de la expresión artística. Como en casi todo, estos tiempos difíciles se vuelven excepción. Con lo mal que lo estamos pasando y lo que cuesta descubrir gente nueva que merezca la pena. Quizá hallemos la culpa en la tecnología. Esa que uniforma el pensamiento sirviéndonos la realidad a la carta o que casi asesina el arte fotográfico como disciplina creativa. Aprecio en la música idéntico exceso de photoshop que en la mayoría de las imágenes virales de las redes. Convertimos las herramientas en fines y la inflación de innecesarios megapixeles en la respuesta del sistema ante la ausencia de ideas. Las buenas fotos nacen de la inspiración, nunca del hardware. Nada que Orwell no anticipara en su famosa distopía con nombre de año, convertida a golpes de realidad en biblia del pensamiento alternativo.
España hace bueno el eslogan turístico que a partir de una frase napoleónica, diseñó en los setenta un tal Manuel Fraga: es diferente. O al menos se empecina en ello. Mientras en Francia o en Italia, la trayectoria se transforma en aliado y los grandes de las música colman los recintos con independencia de la edad, aquí idolatramos lo fresco con igual soltura con la que llenamos estadios para contemplar dinosaurios en sus giras de jubilación. Los mismos que se dan de hostias por conseguir entrada para ACDC o para unos Stones que dimitieron de sí hace años, ignoran a músicos nacionales para quienes llevar tres décadas pariendo buenos discos, se convierte en lastre y no en currículum. Qué triste limitar a Ariel, a Kiko o las Llanos, a banquetes acústicos con no más de trescientos comensales. Confundimos lo nuevo con lo bueno, lo maduro con lo gastado. Nos afiliamos a etiquetas como quien se apunta a Ciudadanos o a Podemos. Cuestión de modas, sin conocimiento efectivo del ambiguo significado de esa militancia. Triunfa cualquiera que se disfrace de índie o de lo “in” del momento. Memeces insustanciales disfrazadas de poesía o de bum-bum electrónico, garantizan el reconocimiento de las masas. Idolatramos impostores, reyes de la copia disfrazados de Dj, mientras condenamos al infierno del olvido a quienes se empeñan en defender el arte como expresión de que la realidad no basta (Pessoa).
Igual es cosa de los años, de los míos, pero cuesta descubrir talentos jóvenes. Con cuatro disidencias mal contadas, los carteles de los festivales se tornan tan desoladores como los programas de las fiestas de los pueblos. Hace nada cualquier barrio, cualquier aldea, disfrutaba en esas fechas de sus pequeñas dosis de arte. Hoy, orquesta pachanguera y bandas tributo. Un ilustre reflejo de la era que nos corresponde. Cosas de la crisis, supongo, sin que resulte lícito reducir el vocablo a su acepción económica.
Quizá por el agradecimiento de la Gaia a continentes extinguidos, hasta en las fosas más profundas del océano, surgen islas paradisiacas. Como Maika Makowski, una mallorquina de padre macedonio y madre andaluza, capaz de deleitar el paladar más exquisito. Su voz, su imagen, su piano o su virtuosismo a la guitarra, fabrican fantasía en cada concierto. Al principio ejercía de doble carpetovetónico de PJ Harvey. Después se emancipó del personaje para emerger como uno de los mayores presentes musicales de este maltratado trozo del mapa.
Ya nos visitó en una antigua entrada veraniega compartiendo cartel con “El norte” de Havalina y con el “Apartamento alquilado” de los extinguidos Franc3s. Por si apetece, dejo el enlace para los nostálgicos.
Este viernes rescatamos el esmoquin de algún armario olvidado, para recibirla en cuatro temas que ilustran sus múltiples perfiles. Elijan entre la Maika rockera de Pagan (qué linea de bajo), la íntima de Downtown (una preciosidad), la exhibición vocal de Song of distance o el guiño a la electrónica de su reciente Language. Me quedo con todas. Confieso mi incapacidad de renunciar a ninguna.
Desde la resaca de los tweets de Errejón, ese chico con pinta empollón de letras que confunde el intelecto con la petulancia vacía, les deseo un feliz #VDLN y una mejor semana. Como siempre, disfruten de la vida con salud y en libertad. Para eso está.
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Y si no fuera por los VDLN a la mayoría no nos llegarían estos artistas jamas. ¿Donde sino habría conocido a Maika? Buena semana!!
ResponderEliminarComo dice Rocío, hay un montón de cantantes y grupos que he descubierto por el VDLN. No ha sonado mal Maika (me encanta este nombre) :D ¡Feliz fin de semana!
ResponderEliminarTampoco la conocía, un buen descubrimiento. Me sumo a los comentarios anteriores ¿benditos viernes! Y es que estamos tan sobresaturados de información que acaba pasando con la música lo mismo que cuando pruebas perfumes: cuando llevas unos cuantos ya no se puede distinguir nada!!! Feliz finde y #VDLN
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