Fleetwood Mac. Tango in the Night. Cosas de brujas. #VDLN 144
Entre las múltiples rarezas que asumo sin bochorno, se encuentra la de coleccionar canciones perdidas en el fondo de armario de mi amada fonoteca. Temas proscritos por el público, por la crítica y a veces hasta por los propios autores que reniegan de recrearlos en el mágico aquelarre de un directo. Pero que por esas desconocidas razones de la sensibilidad individual, o tal vez por mi enfermiza adicción a la minoría, me llegan más, mucho más, que los considerados como grandes éxitos. Se asoman a la maltrecha cabeza decenas de ejemplos: el Washington Bullets de los Clash, el Haters de Fischer Z… o aquel Tango in the night de Fleetwood Mac.
Publicado en 1.987, una vuelta al sol que nunca alcanzaré a borrar de la memoria, regaló el título a un trabajo del que fue quizá la pieza más desconocida. Entre hits como Big Love, Seven Wonders, Everywhere, Little Lies o Isn't Midnight no me siento capaz de identificar los motivos por los que tanto emociona. Tal vez porque como buen noctámbulo gusto de danzar en la noche o igual porque en algún momento de mi recorrido por la Tierra, dejé con alguien demasiados tangos pendientes de bailar...
Escuchar el viento sobre el agua.
Escuchar las olas en la orilla.
Tratar de dormir, el sueño no vendrá.
Justo cuando comienzo a desvanecerme.
Luego recuerdo...
que cuando la luna estaba llena y brillante
te tomaría en la oscuridad
y haríamos el tango en la noche.
Tango…
Guarda el sueño en el bolsillo
nunca dejes que se desvanezca.
Dentro, fuera
no existe la soledad en ese sueño.
Luego recuerdo...
que cuando la luna estaba llena y brillante
te tomaría en la oscuridad
y haríamos el tango en la noche.
Tango…
Mi apasionada relación con la banda de Mike Fleetwood y John McVie subsiste desde la adolescencia. No solo por las múltiples cualidades artísticas que les reconozco, tampoco por su longevidad en la cima. Tiene más que ver con la irresistible atracción que sentí desde crío hacia una de sus vocalistas. Mi padre enfermaba cada vez que en aquel cuarto de catorce o quince años, coincidía con el póster de Stevie Nicks. Lo situé en el centro de la pared, frente a la cama. Justo debajo de un crucifijo de la abuela que no había dios que quitara, y casi a la misma altura que los de Soiuxie Sioux y el ídolo Strummer.
Antes de emprender mi personal batalla contra la vigilia, cada fin de jornada me recreaba en su rostro pálido, contrastado con una vestimenta invariablemente negra y aquellos seductores sombreros del mismo tono, imposibles para la época. Me hechizaban sobre todo sus ojos, pequeños, castaños, tristes, pero de una mirada capaz de transformar en edén las pesadillas propias de un aprendiz de humano. Justo antes de rendirme al sueño, recordaba esa voz rasgada que parecía no corresponderle. Estudiaba todo lo que sobre ella caía en mis manos. Así conocí que la proximidad a la Wicca, tan confirmada como nunca del todo reconocida, provenía de su madre, aficionada a las historias fantásticas; y la inclinación a la música, de un abuelo que en su tiempo sobrevivió como intérprete de country. También aprendí que junto a su pareja de entonces, el guitarrista Lindsey Buckingham (un maestro del fingerpicking), componía buena parte de los temas más exitosos.
Nunca he descifrado del todo el enigma de semejante admiración hacia la Nicks. Mi natural tendencia hacia lo sencillo lleva a concluir que todo se debe a que, en ese momento en que la niñez se despedía para abrazar la adolescencia, la escuché contar así, la historia humanizada de una diosa de la mitología galesa llamada Rhiannon.
Y en esto andábamos cuando, tras la puerta, aparecía mi padre en plan policía del pensamiento:
– Hijo, quítate esos chismes de las orejas y a dormir. Esto es preocupante. Lo del tío de la cresta y la señora de los ojos morados, lo medio entiendo, cosas de la edad. Pero cómo te podrá gustar la bruja pánfila de la pandereta.
Pues sí papá, me encantaba. Ya sabes que desde siempre me tiraron mucho las meigas...
A estas alturas quizá se pregunten por qué la banda lleva el apellido del baterísta, cuando ni compone, ni aporta la voz, ni contribuye de modo especial a la imagen colectiva. Igual al escuchar el corte que sigue a partir del minuto dos y medio, salen de dudas.
Lo dicho, Fleetwood Mac, Tango in the night. Espero que resulten de su agrado y que, pese a los años y los achaques, aún nos quede algún tango por bailar.
Feliz #VDLN, feliz semana. Como siempre, con salud y en libertad.
Para ver las reglas y las canciones propuestas por el resto de participantes en este juego de blogs, pulse el botón.
Publicado en 1.987, una vuelta al sol que nunca alcanzaré a borrar de la memoria, regaló el título a un trabajo del que fue quizá la pieza más desconocida. Entre hits como Big Love, Seven Wonders, Everywhere, Little Lies o Isn't Midnight no me siento capaz de identificar los motivos por los que tanto emociona. Tal vez porque como buen noctámbulo gusto de danzar en la noche o igual porque en algún momento de mi recorrido por la Tierra, dejé con alguien demasiados tangos pendientes de bailar...
Escuchar el viento sobre el agua.
Escuchar las olas en la orilla.
Tratar de dormir, el sueño no vendrá.
Justo cuando comienzo a desvanecerme.
Luego recuerdo...
que cuando la luna estaba llena y brillante
te tomaría en la oscuridad
y haríamos el tango en la noche.
Tango…
Guarda el sueño en el bolsillo
nunca dejes que se desvanezca.
Dentro, fuera
no existe la soledad en ese sueño.
Luego recuerdo...
que cuando la luna estaba llena y brillante
te tomaría en la oscuridad
y haríamos el tango en la noche.
Tango…
Mi apasionada relación con la banda de Mike Fleetwood y John McVie subsiste desde la adolescencia. No solo por las múltiples cualidades artísticas que les reconozco, tampoco por su longevidad en la cima. Tiene más que ver con la irresistible atracción que sentí desde crío hacia una de sus vocalistas. Mi padre enfermaba cada vez que en aquel cuarto de catorce o quince años, coincidía con el póster de Stevie Nicks. Lo situé en el centro de la pared, frente a la cama. Justo debajo de un crucifijo de la abuela que no había dios que quitara, y casi a la misma altura que los de Soiuxie Sioux y el ídolo Strummer.
Antes de emprender mi personal batalla contra la vigilia, cada fin de jornada me recreaba en su rostro pálido, contrastado con una vestimenta invariablemente negra y aquellos seductores sombreros del mismo tono, imposibles para la época. Me hechizaban sobre todo sus ojos, pequeños, castaños, tristes, pero de una mirada capaz de transformar en edén las pesadillas propias de un aprendiz de humano. Justo antes de rendirme al sueño, recordaba esa voz rasgada que parecía no corresponderle. Estudiaba todo lo que sobre ella caía en mis manos. Así conocí que la proximidad a la Wicca, tan confirmada como nunca del todo reconocida, provenía de su madre, aficionada a las historias fantásticas; y la inclinación a la música, de un abuelo que en su tiempo sobrevivió como intérprete de country. También aprendí que junto a su pareja de entonces, el guitarrista Lindsey Buckingham (un maestro del fingerpicking), componía buena parte de los temas más exitosos.
Nunca he descifrado del todo el enigma de semejante admiración hacia la Nicks. Mi natural tendencia hacia lo sencillo lleva a concluir que todo se debe a que, en ese momento en que la niñez se despedía para abrazar la adolescencia, la escuché contar así, la historia humanizada de una diosa de la mitología galesa llamada Rhiannon.
Y en esto andábamos cuando, tras la puerta, aparecía mi padre en plan policía del pensamiento:
– Hijo, quítate esos chismes de las orejas y a dormir. Esto es preocupante. Lo del tío de la cresta y la señora de los ojos morados, lo medio entiendo, cosas de la edad. Pero cómo te podrá gustar la bruja pánfila de la pandereta.
Pues sí papá, me encantaba. Ya sabes que desde siempre me tiraron mucho las meigas...
A estas alturas quizá se pregunten por qué la banda lleva el apellido del baterísta, cuando ni compone, ni aporta la voz, ni contribuye de modo especial a la imagen colectiva. Igual al escuchar el corte que sigue a partir del minuto dos y medio, salen de dudas.
Lo dicho, Fleetwood Mac, Tango in the night. Espero que resulten de su agrado y que, pese a los años y los achaques, aún nos quede algún tango por bailar.
Feliz #VDLN, feliz semana. Como siempre, con salud y en libertad.
Para ver las reglas y las canciones propuestas por el resto de participantes en este juego de blogs, pulse el botón.
Grandes temas, me han encantado! Y a seguir bailando tango!
ResponderEliminarMe alegro que te gusten. Feliz semana.
EliminarEl tango es lo que tiene, descoloca a cualquiera.
ResponderEliminarLo del baterista en trance es toda una pasada.
Feliz #VDLN
Es lo que tiene. Feliz semana.
EliminarNunca fui muy fan de Fleetwood Mac, pero hay que reconocer que siempre han tenido mucha clase (¿la bruja pánfila de la pandereta? XD). ¡Buen fin de semana!
ResponderEliminarHas elegido perfectamente la palabra, clase. Feliz semana.
EliminarMira que he oído hablar mil veces de este grupo, pero ninguno de estos temas me suena. Lamentablemente conocía mas el nombre que su música. Habra que poner remedio. Buena semana y Salud!
ResponderEliminarTienes una buena colección de enlaces repartidos por la entrada. Los temas que escogí no son los más populares. Feliz semana.
EliminarAy, me he acordado de los walkmans!! Pues yo los he conocido hoy, y son buenos!! Y lo de demonizar la adolescencia...justo ayer me leí un post de madresfera que hablaba de eso, y me acordé de mi madre escandalizada cuando me veía oyendo Metallica, Green day o lo peor para ella: Bad religion!! Decía que me estaba endemoniando escuchando esa música, en fín...Espero no olvidar nunca estas cosas, porque mi hija de 14 años está ya adolescente total y intento tener mucha paciencia con ella porque sé que sólo es una fase (no sabe la suerte que tiene de tenerme, jajaja). Feliz VDLN y feliz semana!! Gracias por hacerme descubrir nueva música!
ResponderEliminarCad tiempo tiene sus sonidos que se crean invariablemente contra la generación anterior. Con Bad Religion me tocas el alma, aún recuerdo la última vez que los vi, en Rivas hace unos pocos años. Paciencia con esos 14 años, harán falta. Gracias a ti por comentar, feliz semana.
EliminarLos descubrimientos! Es lo que hace que los VDLN sean tan buenos!
ResponderEliminarFeliz Semana.
Es lo que tiene la diversidad en gustos, en edades, en todo. Nos enriquece, aunque a algunos merluzos les moleste. Gracias por comentar. Feliz semana.
EliminarSe me ha puesto la piel de gallina con estas canciones, no sabría decir con cuál más. Cabe decir que eras adolescente, ¡pero no tonto! Me ha hecho mucha gracia el diálogo con el padre censor.
ResponderEliminar¡Gracias por animarme el viernes!
Me alegro que te agraden los temas, gracias a ti por comentar.Feliz semana.
EliminarBrutal la batería en ese último corte. Por lo demás me han gustado, un toque característico sí que tenían.
ResponderEliminarFeliz semana!
Esa personalidad es lo que siempre admiré de ellos, sería capaz de distinguirlos aún cantando flamenco. Gracias por el comentario. Feliz semana.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe encanta esta banda, crecí escuchándola entre otros muchos, porque mi madre los ponía bastante en casa.
ResponderEliminarGran elección, como siempre!!! Aunque no comente mucho, nunca defraudas!!!
ResponderEliminarAquí tengo mi rinconcito de ritmos en los que perderme un buen rato!!
Feliz #VDLN compañero!!
Abrazos de algodón!!! 💖💖💖
La Madriguera de Cuentos
¿Y qué podría yo decirte de un tango bailado en la noche? ...hermosa música, clase, elegancia y maestría por partes iguales. Como siempre, por letras y melodías, un placer pasar por aquí.
ResponderEliminarUn besote.
Me ha encantado Tango in the Night!! Gracias por el descubrimiento! Feliz semana!!
ResponderEliminarMe has hecho recordar que escondido entre los vinilos tengo un doble LP "Tusk" de Fleetwood Mac. Increíble el baterista. Gracias por rescatar música que tenía olvidada.
ResponderEliminarFeliz semana.
Tremando Mick Fleetwood! Siempre fue una banda para ratitos, mucha clase. Gracias por traerlos ;)
ResponderEliminarCreo que ya te imaginarás que no había escuchado estos temas antes. Me han parecido curiosos. Gracias por compartir tus recuerdos. Feliz semana!
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