Brian Ferry. Una noche en el Botánico. Versiones originales (III). #VDLN 169

A los músicos de verdad, como a los buenos políticos o a los grandes filósofos, pura superstición la existencia de los segundos, no se los distingue tan solo por su capacidad para componer preciosas melodías; sino por la aptitud de engrandecer partituras ajenas, de personalizar las ideas de otro, de modo que terminen sonando como propias. Es lo que diferencia al genio del imitador, al artista del farsante y al intelectual del líder de una secta. Para muestra sirve un botón; y quién dice botón, dice Brian Ferry. Opine lo que opine eldiario.es, ayer lo bordó en el Botánico madrileño con un espectáculo en la misma frontera entre el jazz y el art-rock. Buen repertorio, excelente voz, enormes instrumentistas sin distinción de edad o de sexo y hasta ese calor agradable que anima sin asfixiar.

Foto: Rafa Hernández

Gustará más o menos, pero nadie puede negarle una clase que se contagia, una garganta privilegiada y un estilo personal, capaz de impregnar a todo lo suyo un inconfundible toque de elegante sensualidad. Hoy, como el verano va de texto breve y versiones originales, les obsequio dos de las últimas, a ver que les parecen. En mi personal criterio, superan a las de sus autores. Y eso que hablamos de Lennon y de Young, casi nada. Como sugerencia, no se pierdan a la saxofonista en la segunda.



Me confieso muy poco objetivo, la música del genio británico –como podrán comprobar quienes se animen a visitar esta entrada reciente– me trae recuerdos bonitos. Un placer disfrutar en su compañía de presencias en las que repetimos con cualquier excusa, porque nos saben bien, y de novedades con las que sintonizamos como si nos conociéramos desde siempre. También, a qué negarlo, en la de quienes hallaron en la ausencia el mejor modo de volverse permanentes.



Feliz #VDLN, feliz semana. Salud y libertad.

PDT: Sirva esta entrada como el abrazo espiritual que la distancia niega en lo físico, a una amiga que navega entre olas complicadas. Por compartir mucho más que algún regalo envenenado de la naturaleza, la falta de noticias nunca resulta tranquilizadora. Que tarden lo que quieran, pero que lleguen buenas. Es lo único que hace falta. Me leas o no, mucho ánimo compa, en esto sí que se puede. Aunque tú y yo sabemos que el ahora es lo único que existe, aún nos quedan insomnios pendientes.