Siouxie Sioux. Helter Skelter. Versiones originales (II) #VDLN 168
Aunque por razones insospechadas en la carátula del famoso Album Blanco de The Beatles (1968), se tradujo como «ni crudo, ni cocido» (?), en realidad Helter Skelter hace referencia a ese típico tobogán en espiral, tan característico de los viejos parques ingleses. Una metáfora de McCartney (digan lo que digan los créditos oficiales, autor único de texto y partitura) que podríamos identificar con 'confusión' o con ese Disorder que años más tarde expresaría Ian Curtis (Joy Division) con singular maestría. Háganme caso sin dudas, es esta una de las pocas materias (el caos) en que me creo en el derecho de considerarme autoridad.
Musicalmente resulta una pieza muy sencilla. Solo tres acordes con cierto aroma a blues clásico, que nos recuerdan al Sargento Pepper’s y otras producciones menos célebres del, en mi criterio, siempre sobrevalorado cuarteto de Liverpool. Sí, ya sé que compusieron algunas de las más inspiradas melodías del pasado siglo, pero pertenecen en su totalidad a su segunda época. Antes de Revolver (una joya en la que solo estorbaba aquel horroroso Yellow Submarine), casi nada. Yesterday, la horterilla Drive My Car, los sonidos un tanto pasteleros de Michelle y... poco más. De ahí en adelante mucho, muchísimo si puntuamos objetivamente, y bastante menos si lo comparamos con su fama.
Aunque más bien se trataba de guerrear en campo ajeno contra The Who –los rivales del momento–, la crítica, en ese afán por dotar de sentido trascendental a todo lo que rodeó a los escarabajos, quiso ver en el tema que hoy les propongo un antecedente del punk o del rock gótico. No me imagino yo a Sir Paul en esos menesteres, la verdad. Lo achaco a la versión que en el 78, se atrevió a reinterpretar una de mis musas de cabecera. En su estreno con los Banshees, Sioxie Sioux supo extraer de los sonidos de McCartney, notas que parecían olvidadas en el original. Tampoco me confieso muy ecuánime en el juicio; si alguna vez tuve un amor platónico, bien a mi pesar en cuanto al adjetivo de la frase, ese fue sin duda el de la gran dama negra londinense. Yo no colocaba el póster de una cualquiera a la derecha de Strummer en mi habitación de juventud.
Aciertan quienes en el vídeo que ilustra esta entrada, creen divisar con una de las guitarras a un jovencísimo Robert Smith (The Cure). Nada extraño. Los creadores de A Forest, comenzaron en esto como teloneros de la reina dark y, cuando los excesos con determinadas sustancias, obligaron a prescindir de John McGeoch (Magazine, Visage, The Skids ...), él se encargó de la suplencia. Casi «ná».
No les canso. Con la esperanza de que el calor nos vuelva a regalar otra tregua, feliz #VDLN, feliz semana. Salud y libertad.
Musicalmente resulta una pieza muy sencilla. Solo tres acordes con cierto aroma a blues clásico, que nos recuerdan al Sargento Pepper’s y otras producciones menos célebres del, en mi criterio, siempre sobrevalorado cuarteto de Liverpool. Sí, ya sé que compusieron algunas de las más inspiradas melodías del pasado siglo, pero pertenecen en su totalidad a su segunda época. Antes de Revolver (una joya en la que solo estorbaba aquel horroroso Yellow Submarine), casi nada. Yesterday, la horterilla Drive My Car, los sonidos un tanto pasteleros de Michelle y... poco más. De ahí en adelante mucho, muchísimo si puntuamos objetivamente, y bastante menos si lo comparamos con su fama.
Aunque más bien se trataba de guerrear en campo ajeno contra The Who –los rivales del momento–, la crítica, en ese afán por dotar de sentido trascendental a todo lo que rodeó a los escarabajos, quiso ver en el tema que hoy les propongo un antecedente del punk o del rock gótico. No me imagino yo a Sir Paul en esos menesteres, la verdad. Lo achaco a la versión que en el 78, se atrevió a reinterpretar una de mis musas de cabecera. En su estreno con los Banshees, Sioxie Sioux supo extraer de los sonidos de McCartney, notas que parecían olvidadas en el original. Tampoco me confieso muy ecuánime en el juicio; si alguna vez tuve un amor platónico, bien a mi pesar en cuanto al adjetivo de la frase, ese fue sin duda el de la gran dama negra londinense. Yo no colocaba el póster de una cualquiera a la derecha de Strummer en mi habitación de juventud.
Aciertan quienes en el vídeo que ilustra esta entrada, creen divisar con una de las guitarras a un jovencísimo Robert Smith (The Cure). Nada extraño. Los creadores de A Forest, comenzaron en esto como teloneros de la reina dark y, cuando los excesos con determinadas sustancias, obligaron a prescindir de John McGeoch (Magazine, Visage, The Skids ...), él se encargó de la suplencia. Casi «ná».
No les canso. Con la esperanza de que el calor nos vuelva a regalar otra tregua, feliz #VDLN, feliz semana. Salud y libertad.
Pues no conocía la canción, pero es muy de mi rollo, me ha gustado!! Feliz semana!!
ResponderEliminarMe alegro, gracias por comentar
EliminarA mí me encantaba The Cure...Muy chula la canción, no la conocía. Feliz finde
ResponderEliminarTambién son palabras mayores
EliminarNo los conocía!!! Siempre mola escuchar música nueva para mi. Gracias
ResponderEliminarTe traslado a la prehistoria, ja,ja,ja.
EliminarPese a no ser el tipo de música que escucho habitualmente, me ha gustado.
ResponderEliminarComo siempre, un placer pasar por aquí... un beso.
Un placer recibirte. Un beso.
EliminarYo no me atrevo con todo el caos; solo con su borde. Así que si alguna vez nos vemos, el borde del caos podría ser un bonito tema de charla.
ResponderEliminarEl caos y el gótico parece que van bien juntos.
Feliz #VDLN
A lo de verse habrá que ponerle fecha.
Eliminar¿Cuándo empiezas la próxima temporada?
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