El cambio. Letrashop (XV)
La imagen se tomó hace unos días. Ya hay acuerdo y, si ceden al chantaje de quienes acostumbran a pensar en su interés particular tanto como en fastidiar al que debiera ser común, los presupuestos 2019 saldrán adelante. En lo fiscal, se vendieron a modo de carnaza para las masas afines dos medidas estrella: la subida de tipos en el IRPF a las rentas superiores a 130 000 euros y el establecimiento de una tasa especial a los bancos. La segunda quedó en el limbo, como siempre. Con la Iglesia topamos... aunque los que se creen que dirigen se vistan de progres. La primera es una vulgar falacia. No se elevarán los impuestos a las rentas más altas, sino solo a aquellas que procedan del trabajo. Por ilustrarlo con un ejemplo: si alguien obtiene unos rendimientos de 150 000 euros (que no están nada mal con independencia de su origen) pagaría por ellos 72 000 (48%). Si, por el contrario, provienen del capital en cualquiera de sus modalidades, abonaría (más o menos) 33 000, según escala a un tipo máximo del 23%. Cuanto mayor sea el beneficio más aumentará la diferencia entre ambos. El gobierno del cambio continúa sin cambiar nada. Con sus propuestas «de progreso», solo acentúa la penalización al que curra —con mayor o menor fortuna— en favor de los que viven del esfuerzo ajeno. Curioso pie para una foto en la que uno de los desposados se apellida obrero y el otro dice haber fundado el partido de la gente. Mejor no preguntar de qué o de quién se ríen ni cuál es el tipo efectivo medio del IBEX 35 en el impuesto de sociedades.
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