Damien Saez. L'attentat. VDLN 246

Portada de Humanité, el último disco de Damien Saez. Una pasada, como todo él.

Hay días que parecen arrepentirse antes de comenzar. Despiertas ilusionado con el deseo de devorarlo y... los músculos que no obedecen. Hasta que Ricardo no se decide a morderte un pie, no recuerdas que, aunque tú estés hecho unos zorros, ellos mantienen el derecho a comer. En el desayuno podrías haber vertido el café; elegiste aceite y tomate ya que ambos salen bien. De los ochocientos y pico contactos disponibles, a las nueve y media te llama el más bobo. Casi treinta minutos escuchando disparates. La moto es lo que apetece. Tal cual van las horas, cualquiera se atreve. Concerté una cita a las doce y no es cuestión de cumplirla en el hospital más próximo que seguramente se hallará colapsado.

Como no podía resultar de otro modo, hoy toca revisión completa de maletero y accesorios en el control rutinario con el que la policía acostumbra a paralizar el acceso a Toledo. De lo mejor para los atascos. ¿Tendré tanta pinta de delincuente? Por un momento temo que me coloquen seiscientos pavos en literal aplicación de la ley mordaza. Respiro aliviado. Por fortuna, los libros que escribo y que transporto en el portaequipaje por razón que ignoro, aún no se han ganado la condición de armas blancas. Asumo lo del pájaro como «cosas que pasan», pero ya es casualidad que me corresponda un palomo y, además, suelto del vientre.

Por relajar, decido entrar en las redes. Bendita elección. Para una vez que me meto en esos debates que no conducen a nada, me tiene que tocar un tonto empeñado en demostrar que los narcisistas existen fuera de los tratados de psicología y que el histrionismo no es solo el rasgo habitual de los personajes de Hollywood. Bandera blanca y me retiro. De haber nacido para tratar enfermedades, habría estudiado algo con menos números.

Tras otra colección de incidentes, tranquilizo a las compañeras de trabajo:

—Hoy podéis dormir tranquilas, aunque anuncien por la tele la caída de un cohete. Tened por cierto que se estrella en mi terraza.



Pues eso. Que hay días, semanas, rachas, y empiezo a pensar que hasta vidas, que más que una sucesión de horas parecen un atentado. Como esta muestra del último trabajo de Saez. Quizá no sea lo mejor de los suyos porque ese calificativo lo reservo siempre para el siguiente. Secuelas de una francofilia militante que no deben asumir como consejo melódico. Ya saben que lo mío con Damien —por músicas, por letras y por la poesía que crea al margen de la industria sonora— sobrepasó hace tiempo los límites de la adicción. Espero que al menos les agrade, aunque lo más probable es que no.

Feliz VDLN, feliz semana. Salud y libertad.

PDT: Este espacio nunca conmemora «los día de» porque las causas que entiende justas no pueden limitarse a 24 horas, pero SI encuentra razones para la reivindicación de hoy y, dentro de sus limitaciones, la asume como propia.







Comentarios

  1. No la conocía pero me ha cautivado su voz

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  2. ¿Cómo se dice 'remanso de paz' en francés? Espero que lo encuentres de vez en cuando

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  3. Desafío a tus probabilidades y te digo que me gustó y mucho.

    Besos.

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  4. Me gusta mucho. Será por haber estudiado francés obligatorio como lengua extranjera que me agrada bastante escuchar música en francés.

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    1. A mí también, aunque lo que sé, no demasiado, lo aprendí después. Tiene una musicalidad diferente.

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