Joe Strummer. Tony Adams. VDLN 249

No podía ser. Doscientas cuarenta y nueve semanas dando la nota y yo todavía sin dedicar una entrada exclusiva a uno de mis mitos. Revisando en el historial, encontré a Willy DeVille, a Siouxie, Iggy Pop, a Brian Ferry, como no a Fleetwood Mac. Toda la gente con la que crecí salvo Joe Strummer...

Nunca afirmaré que poseyera la mejor voz, el mayor talento para la composición o la puesta en escena más brillante, pero desde el 78 al 87 fue alma y media de los Clash. Después, hasta su repentina muerte, quizá el solista que más me llegaba al frente de Los Mescaleros, una formación de nombre prometedor para una simple banda de acompañamiento. Por lo civil y por lo emocional, eso ya constituye suficiente mérito.

Me vence la memoria de aquella camiseta sin mangas del grupo londinense con fondo inusualmente blanco, letras rojas y una estrella de cinco puntas en el horizonte. Ignorando el pésimo estilismo de la prenda, a su abrigo, paseaba orgulloso por cualquier lugar en la época en la que no me quitaba las gafas oscuras ni por la noche en los bares. «Sí, qué pasa, de los Clash». De los que vendían álbumes dobles y triples a precio sencillo subvencionando ellos la diferencia en el coste mediante una deducción de los derechos de autor. De los que cantaban a las revoluciones cuando aún creíamos que eran posibles. De los que descubrieron que el punk no consistía solo en hacer ruido.

Porque todos portamos un pasado del que abochornarnos, creo que incluso llegué a ir de aquella guisa a mi trabajo en la función pública a riesgo de provocar un infarto a mi pobre jefe de entonces.

Antes de que esto alcance su final definitivo, por ti, por mí, por todos, una ración del señor Joe Strummer. Nos la debemos.

Feliz VDLN, feliz semana. Salud y libertad