Wille Deville. Heaven Stood Still. Vdln 7

Tras una semana esclavo de las vanguardias, en este viernes postisidril retorno a los orígenes. Elijo a uno de los tipos con los que alcanzo mayor identidad. Mi existencia ha caminado paralela a la de ese neoyorkino bautizado como William Borsay y conocido en esto de la música bajo la marca Willy de Ville. 




Navegó siempre contracorriente desde el punk setentero de sus orígenes hasta el jazz-fusión de los últimos años. Pero si algo caracterizó su carrera y su vida fue la heterodoxia. La capacidad de alejarse de los clichés que oprimen al creador. Era una esponja capaz de absorber con ansia cualquier líquido sonoro que se derramara en su presencia. Un antiprincipios que gozaba al repensar ilusiones ajenas hasta convertirlas en propias. Punk, soul, rock, jazz, ritmos latinos, rhythm and blues... todo cabía en la peculiar sensibilidad de un tío grande, de cabellos largos y aspecto de pandillero desdentado. Todo se fusionaba para reinventar matices. Para reciclar principios y crear nuevos destinos en un mestizaje de extrema pureza. 





Como a cualquier norteamericano inteligente, le caían mal los Estados Unidos. El sentimiento se manifestaba recíproco. Fue en Europa donde alcanzó la gloria que merecía. Seducido por Francia y confeso admirador de Edith Piaf, se dejó impregnar por la vieja cultura del anciano continente y renunció a las masas horteras de su tierra natal. Obtuvo el reconocimiento del gran público gracias a dos de sus temas menos brillantes: Hey Joe y Demasiado corazón. Molan, divierten y provocan el baile, pero no le hacen justicia. Se intuyen más adecuados para la plaza de un pueblo en fiestas que para el talento, la dulzura y la clase propios de las creaciones de Willy. Disfruto con su obra como un amante con los recovecos del cuerpo de su amada. La vida siempre termina por cobrar sus facturas. Borsay liquidó pronto su cuenta. La heroína le envió al cobrador del frac a los 55. El ataque combinado de un vertiginoso cáncer de páncreas y de la hepatitis con la que convivía desde hace años, nos privaron de sus hipnóticos directos. Malditas cucharas. Sucedió en 2009. El gran De Ville regresó a los infiernos... y el cielo se detuvo.

Para deleite de todos los que tienen la gentileza de seguirme pese al temporal alejamiento de las redes, Willy de Ville en la mejor interpretación conocida de su "Heaven stood still".

Como siempre acompaño una mala traducción del texto:

Como una lágrima se desvanece
y el amanecer impulsa un ojos amantes
No más lágrimas, todas se fueron.
Creo que siempre será así.

Mi corazón en tu mano
sabe que todo esto me pertenece
Y me quedo allí como un niño
mientras que tu corazón canta dentro de mí

Un sueño de mi vida
Una noche en la eternidad
El viento me susurra suave 
Y el cielo se detuvo

Un lado del amanecer
Sabe que todo esto me pertenece
Una rapsodia celestial
Y el cielo se detuvo


Mi amiga Julieta aconseja completar el tema central con otra joya: Let it me be.





Y para que no se me acuse de sectario, concluyo con el inevitable "Demasiado corazón", en una brillante “versión española” (de San Javier, Murcia) que obsequia a la canción perfiles desconocidos.




Eespero que gusten. Buen viernes. Buen fin de semana. Salud y libertad a todas. Gracias por continuar ahí.

Comentarios

  1. Mucho dolor arrastra en la voz. Demasiado corazón. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. El principio de la primera canción, la que no conocía, me recuerda a Leonard Cohen.
    Esa voz desgarrada, esa voz que sale desde lo más hondo, ese sentir la música en cada poro de tu piel .... esa que te pone la piel de gallina ... esa música que te hace sentir ...
    Backstreets of Desire es el disco que conozco de Willy De Ville. La canción de
    Hey! Joe, la habré escuchado mil veces, al igual que Demasiado corazón. Durante esa época, sonaban bastante por los bares.
    Gracias a la hermana mayor de mi mejor amiga, que tenía una muy buena discografía y nos dejaba escuchar sus vinilos, creo, que tengo una cultura musical bastante decente.
    Desgraciadamente, algunos cantantes o bandas sólo son conocidos por un par de temas comerciales con los que machacan a todas horas, pero nada más. No se da a conocer el resto de su trabajo, que es muchas ocasiones, es superior y otras infinitamente superior, como es el caso de Willy DeVille.
    Adoro la música, no podría vivir sin ella y afortunadamente, a día de hoy, tenemos toda la música del mundo a nuestro alcance. A mi, me encanta conocer grupos nuevos, investigar, dentro de mi estilo, el rock and roll, sobre todo.
    Gracias por acercarnos tan buena música a estos #VDLN, es un placer, aunque lleve un tiempo desconectada.
    Saludos y feliz semana.

    ResponderEliminar
  3. No había reparado en la belleza dramática del Heaven stood still hasta que un amigo cabezota con demasiado corazón, se empeñó en demostrarme que era la mejor canción de Willy. Resulta doliente. Pero bueno la música es eso, provocar emociones. No? Besetes.

    ResponderEliminar
  4. Deville...un hombre con una voz y un sentimiento extraordinarios que por desgracia se fue demasiado pronto.El si supo luchar aunque fuese a contracorriente con un mundo que nada tenía que ver con sus ideas y sentimientos.Era,demasiado corazón como su canción.Demasiada sensibilidad como para soportar aquel mundo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Lo más heterodoxo