Los Muertos de Cristo. Muerte accidental de un anarquista. #VDLN 67.

Creímos
que nadábamos en la abundancia
Hoy sabemos
que nos ahogábamos en ella
(Poema de Juako Escaso).

Carlo Giuliani era un tipo corriente, un pringaete de barrio, como dirían los Celtas Cortos en aquel Qué voy a hacer yo que nos despertaba las emociones hace algunos años. El veinte de julio de 2.001, lo reservaba para acudir a la playa a gozar del Mediterráneo, en compañía de la mujer con la que compartía el agónico deporte de la existencia. Cambió de planes. En Génova, su ciudad, se celebraba por entonces la cumbre del G8. Los directores de sucursal de las financieras dominantes diseñaban la estrategia globalizadora que hoy sume en la miseria a buena parte de la humanidad. Hasta la izquierda parlamentaria condenó la protesta, ignorando que la pobreza, el desarraigo y la explotación del 99% de los humanos constituyen en sí mismos un cruel acto de barbarie. Algunos de los en aquella época jaleaban orgullosos a los combatientes latinos, ahora piden perdón desde tribunas partidistas a los “ciudadanos de uniforme”. Cómo cambian determinados seres cuando se intoxican de popularidad. Indecencia por votos, el juego de trileros en que casi siempre se convierte el mercadeo electoral. Como si las llamadas fuerzas del orden no poseyeran la libertad de elegir entre la conciencia y las instrucciones del superior en la escala de mandos. Los carabinieri no recibieron ataques. Fueron ellos los que cumplieron gustosos su voluntario papel de policía del pensamiento. Cargaron contra una multitud para impedir que el aullido colectivo perturbara los oídos de unos líderes que se repartían el mundo como quien, a los postres de una comida entre colegas de la infancia, distribuye las cartas en una partida de mus.

Lo que Carlo planeó como  jornada de carricias en la arena, se transformó en tragedia sobre el asfalto. Los informes oficiales diagnosticaron primero defensa propia; después, ante lo obvio de las imágenes, simple fatalidad. Algunos lo llamamos terrorismo de Estado; de ese ente diseñado por los poderosos para la custodia de sus intereses, reservándose para sí el monopolio de la violencia. Nada nuevo; nada que Darío Fo no escribiera allá por 1.970, inspirado en los sucesos del 21 en Estados Unidos o en el fallecimiento en Milán de Giuseppe Pinelli, un año antes del estreno de la obra. Otra Muerte accidental de un anarquista. Mejor que lo expliquen Los Muertos de Cristo en ese lenguaje ecuménico llamado música, con el que desde hace 67 viernes damos la bienvenida al fin de semana.



Por razones que prefiero mantener en el refugio de lo íntimo, me llega hondo este tema. Emociona hasta el punto de inundar los ojos cada vez que lo escucho. Quizá por ello no comprenda el servilismo de nuestra sociedad, el reducir la queja a las urnas, a ingeniosos mensajes de twitter o a comentarios de arreglamundos sobre la barra de un bar. La experiencia nos advierte que nunca sirvieron de nada. "Yo no puedo, tengo hijos, hipoteca y una vida por delante". Excusas de mastín obediente, siempre presto para servir a su amo a cambio de una ración de pienso de marca blanca. Pues por eso, coño, porque tienes hijos, hipoteca y una vida por delante, Abre los ojos. Una preciosidad de canción, una verdad tan grande como el botín cosechado por la minoría dominante.



Espero que la Ley Mordaza no me convierta en reo de este post. Mil perdones si hiero sin intención alguna sensibilidad. Ni me considero violento, ni jamás defenderé el combate como modo ordinario de resolver los conflictos colectivos. No son formas. Ya lo decían Los Nikis en La Naranja no es mecánica: "la ultraviolencia siempre acaba mal". Pero cuando el pastor se empeña en no escuchar los balidos del rebaño, a veces no queda otra alternativa. Son ellos quienes imponen sus leyes. Obedece o te mato, así de duro. Fueron ellos quienes escogieron limpiar las calles de Génova para que los señores feudales pasearan tranquilos por las aceras. Ellos, los responsables. 

Si alguien se siente ofendido, echaremos la culpa a una frase que escuché hace unos días en un documental de la madrileña Casa Encendida: “una persona nunca será nada diferente de aquello en lo que cree con pasión”. Compartía ese pensamiento con Carlo y lo comparto hoy con Lorenzo Morales, voz y alma de Los Muertos de Cristo. Una de las mejores bandas punk de los últimos años, fundada en Utrera allá por 1.989 y disuelta cuatro lustros más tarde para construir con sus cenizas El Noi del Sucre. El nuevo proyecto de Lorenzo. Más de lo mismo. Arte al servicio de una visión del mundo que equivocada o no, hemos de reconocer cuanto menos honesta. Solo se trata de que nos dejen vivir A mi manera.



Cantar, no sé cantar, por eso canto a mi manera.
Bailar, no sé bailar, por eso bailo a mi manera.
Soñar, si sé soñar y soñaré que junto a ti
siempre estaré y seguiré A MI MANERA.

Hay que seguir, hay que luchar,
no hay que ceder, ni un paso atrás,
quiero vivir en libertad,
puedo perder, puedo ganar,
pero aún así yo seguiré A MI MANERA.

Volar, quiero volar,
como un pájaro sin fronteras,
gritar, quiero gritar,
como un ser libre y sin bandera.
Andar, yo quiero andar y andaré
por el camino que yo forjé
hacia un lugar en las estrellas.
Rebélate, no hay que callar.
Hay que seguir hasta el final.
Quiero vivir con dignidad.
Quiero reír, poder contar
a la muerte que yo viví A MI MANERA.
Yo a ti te canto con el corazón,
vive siempre a tu manera.
Ni dios, ni amo, ni patrón.
Baila junto a nosotros esta bonita canción,
que tu mente sea libre
y que viva la revolución.


El pasado lunes se cumplieron catorce años del asesinato impune de Carlo Giuliani. Donde estés, hermano, salud y libertad. Desde el recuerdo agradecido al compañero que nos arrancaron sin causa, feliz #VDLN, feliz semana.

Para ver las reglas y las canciones propuestas por el resto de participantes en este juego de blog, pulse el botón.


Comentarios

  1. Hay cosas que nunca tuvieron ni tendrán justificación!! Muy buenas letras y el post!! Feliz finde con salud y libertad.

    ResponderEliminar
  2. Tengo que reconocer que cuando paso esta salvajada no seguía las noticias sobre todo internacionales, como hago ahora. Estaba en mi mundo de veinteañera de clase media, acomodada sin problemas mas allá del chico del momento o lo que haría ese fin de semana... Triste pero cierto... Gracias port este post... Buena semana!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Lo más heterodoxo