Siete

Las críticas de los lectores se volvieron unánimes: al parecer gustaron mis Abismos. Qué van a decir, si la mayoría ejercen como amig@s. De la primera edición quedan pocos ejemplares. Lo justo para cuatro compromisos pendientes, para algún despistado que se acerque a mi obra por comercio electrónico y los imprescindibles para presentarlo con decencia en mi pueblo, a la vuelta del verano, a ver si de una vez empezamos a gustarnos. No habrá segunda tirada. Cuando concluya el contrato con la editorial, colgaré en el blog una copia en pdf, para todo aquel que desee aproximarse.



Me transmiten una opinión generalizada: bonito, pero triste. Y también una pregunta: ¿habrá más Abismos? La respuesta es obvia: nacerán otros libros, pero los acantilados quedaron para siempre como parte del recuerdo. Ahora me hallo recluido por decisión propia, en una jaula sin barrotes visibles. Ya no nacen poemas abisales, sino estrofas de cautiverio. Va una muestra, sin tocar una letra, tal como se lo dictaba esta madrugada a mi mano izquierda; la que siempre escribe versos.

Siete

Y decidí exiliarme, por hacer como que hacía,
en mi invisible burbuja de cristales opacos.
Con mis siete gatos,
con lo que queda, más bien poco, de mis siete vidas.
Con mis siete linux,
el único contacto con los agresores.
Con siete libros viejos y otros siete por venir
que como todo lo mío, nacerán por cesárea.
Con siete amigas,
con siete amigos;
con siete horas para abrazar el vacío cada jornada.
Con siete armarios grandes
en los que esconder mis siete historias.
Con siete platos y con siete cuchillos
que las cucharas hace tiempo ya dejé de extrañarlas.
Con siete recuerdos y con siete interruptores
para conquistar la oscuridad cuando apetezca.
Con siete ideas para asesinar lo de fuera.
Con los siete pecados capitales.
Con siete llaves para abrir las siete puertas
que conducen a siete habitaciones despobladas.
Con siete sombras y con siete candelabros
de siete brazos, en cada una de las siete estancias.
Solo
faltas
tú.

Comentarios

  1. Qué nivel estás cogiendo, tío. Felicidades.

    ResponderEliminar
  2. no conozco tu obra poética., pero a juzgar por este poema,prefiero tu prosa.felicidades por tu éxito

    ResponderEliminar
  3. perdona Rafa pero me he quedado con un regusto amargo sobre mi comentario de tu poema.Primero , no conozco tu obra y por tanto no puedo hacerme una idea. Segundo, la opinión sobre cualquier expresión artística es siempre subjetiva.No soporto a los críticos de profesión que pontifican sobre lo bello y lo feo.Siempre sospecho que están comprados. Por lo que intuyo tus pomas deben ser de corte intimista, exorcizando fobias y sufrimientos. Como Dámaso Alonso en "hijos de la ira" .Bueno perdona mi descortesía y un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nada que perdonar. Mis poemas me temo que más bien son hijos del agobio. Y tienes toda la razón en cuanto a las expresiones artísticas: te llegan o no, nunca sabes el porqué y no hay nada de descortés en expresarlo. Un abrazo.

      Eliminar
    2. Nada que perdonar. Mis poemas me temo que más bien son hijos del agobio. Y tienes toda la razón en cuanto a las expresiones artísticas: te llegan o no, nunca sabes el porqué y no hay nada de descortés en expresarlo. Un abrazo.

      Eliminar
  4. Siete es un número que siempre me ha gustado, y el porqué vaya uno a saberlo... llego tarde pero me ha gustado lo que leí hasta ahora... seguiré buceando entre tus letras, buscaré esos "Abismos", porque como los gatos moriré siempre por curiosidad, pero al menos sabiendo, como digo yo.

    Un beso y buen inicio de semana.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias. Mis Abismos no son gran cosa, solo eso, abismos. Un beso

      Eliminar

Publicar un comentario

Lo más heterodoxo