La revolución vegana frente a las ideologías de la liberación
Hoy en este blog nos vestimos de gala para recibir la aportación del amigo David López. Este espacio nació con vocación de apertura a todo ser capaz de emitir ideas propias, alejadas del pensamiento dominante. En este caso no supone ningún esfuerzo de pluralidad. Suscribo el texto hasta en lo que no se dice. Lejos del sin sentido electoral que la actualidad nos impone, una reflexión seria sobre un tema de los que de verdad trascienden. Gracias compañero. Repite pronto.
"Un rasgo característico de nuestra sociedad es la violencia. Violencia capitalista, violencia machista, violencia especista. Filósofos, políticos, antropólogos y otros científicos sociales intentan explicar que esa violencia forma parte de la “naturaleza humana”. Siempre me ha parecido que las concepciones antropológicas no son mas que construcciones ad hoc sobre las que construir determinadas ideologías. Me niego a aceptar ese tipo de concepción antropológica negativa, según la cual la sociedad, la ley, la religión, el Estado y sus gobiernos vienen a reprimir esa violencia y maldad humana natural para construir una presunta paz social que haga posible la convivencia entre humanos. Siempre me cayó mal Hobbes.
Desde que entró en mi vida la perspectiva vegana, leí varios artículos y vi algunos documentales en los que se entrevistaba o daba testimonio sobre las experiencias de los trabajadores en los mataderos. Muchos relataban cómo les cambiaba el carácter, y se llevaban la violencia que practicaban en su trabajo diario a su vida familiar. Como dicen los psicólogos (esos presuntos científicos sociales), la violencia genera violencia. Quienes mantienen el bloqueo mental especista o “carnista”, como lo llama Melanie Joy, en su libro “por qué queremos a los perros, pero nos comemos a los cerdos”, ni siquiera aceptan llamar “violento” al acto de sacrificar a un animal para el consumo humano. La palabra “sacrificar” tiene una importancia que hemos olvidado. Desde que el hombre se civilizó, el acto de matar animales para consumo se envolvió en el manto hipnótico religioso para ocultar y ayudar a aceptar esa violencia evidente que supone el acto de matar a un igual: un animal consciente y sintiente como nosotros. Cada asesinato era un ritual, una ofrenda a los dioses. Los augures romanos entendían que el ritual era perfecto, y por tanto, contaban con el beneplácito de los dioses si el animal sacrificado no se resistía ni chillaba. Una muerte limpia. Como quiera que en las sociedades industrializadas actuales, se ha desvinculado el acto religioso (salvo para el rito Kosher) del asesinato de animales, el manto hipnótico ha sido sustituido por muros de hormigón y kilómetros de distancia. Nadie quiere vivir al lado de un matadero.
En un matadero se concentran dos ideologías de la dominación que revelan toda su vileza: el capitalismo (también ocurre dentro del mal llamado "Socialismo Real") y el especismo. Se trata a seres conscientes y sintientes como mercancía, y hablo aquí tanto de los animales no humanos como de los humanos que trabajan en esos centros. A estos se les trata como maquinaria incapaz de sentir, ni de sufrir y a aquellos como pura mercancía inerte. Los animales no humanos ni siquiera ocupan el lugar central de un ritual, pasan a una cadena de producción capitalista en la que lo único que importa es la máxima eficiencia. Matar y descuartizar lo más rápido posible. No importa que el animal sufra, sea hervido vivo, rajado aún consciente; el matarife no puede cansarse, marearse, si se corta, se enrolla un trapo y sigue.
Ayer vi una noticia (que ha sido el detonante de esta parrafada) que se anunciaba como “asesinato de violencia machista”. En la descripción de los hechos, se relató que el asesino era matarife de profesión. De origen magrebí ( en EEUU suelen ser hispanos, nadie quiere ser matarife, a no ser que seas un psicópata), sus compañeros relataban cómo se encontraba últimamente mal, deprimido, agobiado. El mismo cuadro que relatan todos los trabajadores de mataderos entrevistados que mencionaba al principio. La violencia, genera violencia.
No dejo de sorprenderme, desde que cambió mi mentalidad y cayó el muro especista que bloqueaba mi mente, la cantidad de gente afín que he encontrado y responde al mismo patrón. Creo que no he encontrado ni un solo vegano que sea de derechas. Siempre digo, desde entonces, que no puede ser fruto de la casualidad que sea en los espacios libertarios donde más veganos encuentro. Menús veganos en actos y fiestas en CSO, de la CNT, secciones animalistas en Izquierda Anticapitalista (y Podemos)…ya digo, no creo que sea algo casual, cuando se lucha contra las ideologías de la dominación, rápidamente identificas los mismos patrones ideológicos que articulan el capitalismo o el patriarcado en el especismo. En el espectro contrario, ¿no os resulta familiar y frecuente el arquetipo “taurino, cazador, machista y de derechas”?, voy a ser malo, trivial e injusto, pero suelen ser del Real Madrid.
Hace unos meses, en un presunto foro de izquierdas, debatíamos acaloradamente, de una parte, especistas “revolucionarios” y veganos “revolucionarios”, de otra. En un momento del debate, uno de estos marxistas en posesión de esa presunta ciencia social que arreglará la sociedad desde un liderazgo científico, (probablemente, por lo que nos dijo, era psicólogo), nos decía que los veganos nacíamos de una patología psicológica, que consiste en un desarrollo hipertrófico de la empatía. Yo le respondí que intuía que, el día en el que esa enfermedad se convirtiera en epidemia mundial, estaríamos viviendo la soñada revolución.
La revolución o es integral, o no será. Y no vendrá de las instituciones, sino de un cambio mental en el que, por satisfacer al psicólogo marxista, tenga lugar esa epidemia mundial de empatía hipertrofiada. Se derrumbarán así todas las ideologías de la dominación, el capitalismo y el productivismo, el patriarcado, el especismo, y quizá entonces, podamos formar una sociedad de la empatía, que haga olvidar esta sociedad de la violencia."
David López Arias
"Un rasgo característico de nuestra sociedad es la violencia. Violencia capitalista, violencia machista, violencia especista. Filósofos, políticos, antropólogos y otros científicos sociales intentan explicar que esa violencia forma parte de la “naturaleza humana”. Siempre me ha parecido que las concepciones antropológicas no son mas que construcciones ad hoc sobre las que construir determinadas ideologías. Me niego a aceptar ese tipo de concepción antropológica negativa, según la cual la sociedad, la ley, la religión, el Estado y sus gobiernos vienen a reprimir esa violencia y maldad humana natural para construir una presunta paz social que haga posible la convivencia entre humanos. Siempre me cayó mal Hobbes.
Desde que entró en mi vida la perspectiva vegana, leí varios artículos y vi algunos documentales en los que se entrevistaba o daba testimonio sobre las experiencias de los trabajadores en los mataderos. Muchos relataban cómo les cambiaba el carácter, y se llevaban la violencia que practicaban en su trabajo diario a su vida familiar. Como dicen los psicólogos (esos presuntos científicos sociales), la violencia genera violencia. Quienes mantienen el bloqueo mental especista o “carnista”, como lo llama Melanie Joy, en su libro “por qué queremos a los perros, pero nos comemos a los cerdos”, ni siquiera aceptan llamar “violento” al acto de sacrificar a un animal para el consumo humano. La palabra “sacrificar” tiene una importancia que hemos olvidado. Desde que el hombre se civilizó, el acto de matar animales para consumo se envolvió en el manto hipnótico religioso para ocultar y ayudar a aceptar esa violencia evidente que supone el acto de matar a un igual: un animal consciente y sintiente como nosotros. Cada asesinato era un ritual, una ofrenda a los dioses. Los augures romanos entendían que el ritual era perfecto, y por tanto, contaban con el beneplácito de los dioses si el animal sacrificado no se resistía ni chillaba. Una muerte limpia. Como quiera que en las sociedades industrializadas actuales, se ha desvinculado el acto religioso (salvo para el rito Kosher) del asesinato de animales, el manto hipnótico ha sido sustituido por muros de hormigón y kilómetros de distancia. Nadie quiere vivir al lado de un matadero.
En un matadero se concentran dos ideologías de la dominación que revelan toda su vileza: el capitalismo (también ocurre dentro del mal llamado "Socialismo Real") y el especismo. Se trata a seres conscientes y sintientes como mercancía, y hablo aquí tanto de los animales no humanos como de los humanos que trabajan en esos centros. A estos se les trata como maquinaria incapaz de sentir, ni de sufrir y a aquellos como pura mercancía inerte. Los animales no humanos ni siquiera ocupan el lugar central de un ritual, pasan a una cadena de producción capitalista en la que lo único que importa es la máxima eficiencia. Matar y descuartizar lo más rápido posible. No importa que el animal sufra, sea hervido vivo, rajado aún consciente; el matarife no puede cansarse, marearse, si se corta, se enrolla un trapo y sigue.
Ayer vi una noticia (que ha sido el detonante de esta parrafada) que se anunciaba como “asesinato de violencia machista”. En la descripción de los hechos, se relató que el asesino era matarife de profesión. De origen magrebí ( en EEUU suelen ser hispanos, nadie quiere ser matarife, a no ser que seas un psicópata), sus compañeros relataban cómo se encontraba últimamente mal, deprimido, agobiado. El mismo cuadro que relatan todos los trabajadores de mataderos entrevistados que mencionaba al principio. La violencia, genera violencia.
No dejo de sorprenderme, desde que cambió mi mentalidad y cayó el muro especista que bloqueaba mi mente, la cantidad de gente afín que he encontrado y responde al mismo patrón. Creo que no he encontrado ni un solo vegano que sea de derechas. Siempre digo, desde entonces, que no puede ser fruto de la casualidad que sea en los espacios libertarios donde más veganos encuentro. Menús veganos en actos y fiestas en CSO, de la CNT, secciones animalistas en Izquierda Anticapitalista (y Podemos)…ya digo, no creo que sea algo casual, cuando se lucha contra las ideologías de la dominación, rápidamente identificas los mismos patrones ideológicos que articulan el capitalismo o el patriarcado en el especismo. En el espectro contrario, ¿no os resulta familiar y frecuente el arquetipo “taurino, cazador, machista y de derechas”?, voy a ser malo, trivial e injusto, pero suelen ser del Real Madrid.
Hace unos meses, en un presunto foro de izquierdas, debatíamos acaloradamente, de una parte, especistas “revolucionarios” y veganos “revolucionarios”, de otra. En un momento del debate, uno de estos marxistas en posesión de esa presunta ciencia social que arreglará la sociedad desde un liderazgo científico, (probablemente, por lo que nos dijo, era psicólogo), nos decía que los veganos nacíamos de una patología psicológica, que consiste en un desarrollo hipertrófico de la empatía. Yo le respondí que intuía que, el día en el que esa enfermedad se convirtiera en epidemia mundial, estaríamos viviendo la soñada revolución.
La revolución o es integral, o no será. Y no vendrá de las instituciones, sino de un cambio mental en el que, por satisfacer al psicólogo marxista, tenga lugar esa epidemia mundial de empatía hipertrofiada. Se derrumbarán así todas las ideologías de la dominación, el capitalismo y el productivismo, el patriarcado, el especismo, y quizá entonces, podamos formar una sociedad de la empatía, que haga olvidar esta sociedad de la violencia."
David López Arias
De acuerdo con lo de la violencia genera violencia, pero generalizar que los matarifes en EU son hispanos porque solo los psicópatas aceptarían un trabajo asi, es un comentario muy a la ligera y racista, yo creo que hay psicópatas de todas las nacionalidades, y al ser el hombre omnívoro, significa que siempre ha habido matarifes, no siempre psicópatas, hay personas que han obtenido ese trabajo y no sabemos cuanto sufren y al poco tiempo dejan ese trabajo por otro.
ResponderEliminarRespecto a que si son de izquierda o derecha tambien se me hace un comentario ligero sin sustento teórico, yo conozco personas honorables, respetables, vegetarianas y consumidoras de alimentos procesados ( chatarra, comida basura ) y con una alta huella de carbono.
Asi que generalizar por razas o ideologías este fuera de lugar.
El comentario de que en EU los matarifes son hispanos no es nada racista si no que evidencia como es que una opresión lleva a la otra. Es un trabajo que nadie en su sano juicio quiere hacer. Hay que estar muy necesitado, desesperado e incluso ser ilegal para animarse a hacerlo. Y de eso se aprovechan los mataderos para conseguir sus matarifes. Se proveen de las minorías étnicas o de inmigrantes ilegales o de pobres ansiosos por llevar comida a su casa.
EliminarViolencia genera violencia, explotación genera explotación.
En cuanto que ser vegano asegure ser una persona de izquierdas o una buena persona, no siempre es tan así y sin dudas que hay de todo en el mundo, pero también es cierto que, si se es vegano a conciencia (a partir de un concepto ético), más temprano que tarde se evolucionará hacia un sentido de justicia general que involucre a todos: no humanos, humanos y el planeta todo.
Me pareció excelente el artículo, gracias David.
En un sistema capitalista, la agricultura oprime al trabajador al sustraerle su plusvalía. A ver si ahora todos lo jornaleros son seres felices que viven del aire...
ResponderEliminarEsa observación no contradice ni una coma de lo expuesto en el escrito. El problema de la explotación del agricultor y de la rapiña de las plusvalías radica en el empresariado (patrones, latifundistas, intermediarios o grandes cadenas) y no guarda relación alguna con el veganismo.
EliminarMe parece que el quiera ser vegano que los sea, que tal vez haya que cambiar ciertas crías de animales para el consumo también, pero somos omnívoros.
ResponderEliminarConozco gente (bilbaina) que trabaja en el matadero de bilbao y son buenas personas, si son psicopatas no al menos saben controlarse exageradamente bien
Lo que me hace reír es el comentario de que "quieres a tu perro pero aun cerdo no", si quieres a tu perro como un persona le estas haciendo daño al desarrollo del perro, por otro lado en tiempo de necesidad se han comido perros, gatos, palomas, ratas, ...
Gracias por su aportación. Matizo que en tiempo de necesidad, también se han comido hombres.
EliminarNo estoy muy de acuerdo con lo de los matarifes, ya que es una profesión digna, al menos en mi tierra que es particularmente ganadera, pero si estoy de acuerdo en que esa revolución, algún día llegará, por las buenas o por las malas.
ResponderEliminarpsicópatas hay en todas las profesiones, empezando por los políticos.sinceramente ,me parece muy bien que uno sea vegano.,pero me parece una utopía intentar cambiar el mundo con el "veganismo", somos omnívoros ,hemos progresado tecnologicamente ,pero el mundo sigue siendo una porqueria. en fin, todo esto me suena a "new age".quizá sea demasiado pesimista. saludos a todos
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