Mago de Oz. Finisterra. #VDLN 107

Foto: Rafa Hernández

Finisterra es el lugar donde la Tierra concluye y empieza el infinito, la última frontera entre la nada absoluta y el mundo conocido. Los marineros precolombinos intuían que en algún punto indeterminado del océano, el agua terminaba y comenzaba el vacío. En su ignorancia, imaginaban que alcanzada esa línea del mapa, sus naves desaparecerían, deambulando hasta el fin de los tiempos, más allá de los confines del planeta.

Duerme, duerme y sueña a tener
una vida sin la tentación
de delirios, de oro y poder,
de juzgar, aunque exista razón.
La avaricia es la esclavitud
del alma y de la libertad.
Que no te bese nunca la envidia,
que no te abracen el odio y el mal



En la edad de la tecnología, nos sonrojamos ante aquellas absurdas creencias. Como sonreirán las generaciones venideras frente al pánico que hoy despierta en nosotros la inevitable extinción de un modelo de organización social que se desmorona. En la historia reciente, el capitalismo ha triunfado sobre todos sus rivales, pero se muestra incapaz de vencerse a sí mismo, de superar las contradicciones de un sistema que para subsistir precisa del imposible: el crecimiento perpetuo en un planeta, el nuestro, que obediente a las invulnerables leyes de la física, se configura como finito.

Quiero ser tu piel en el invierno
para que el frío en ti no pueda entrar.
Quiero ser la luz en tu camino,
sol en la noche, agua dulce en el mar,
ser la puerta que nunca deje pasar
al largo silencio y a la soledad.
Ser distintos cuerpos con un mismo fin,
ser, cariño mío, ser yo en ti.



Desde ese balcón nos asomamos al caos y nos provoca vértigo, quizá ignorantes de que como afirmó el matemático francés Henri Poincaré, en una de las citas que presiden mi manera de enfrentarme a la vida, el caos no existe, es solo un orden que desconocemos.

Foto: Rafa Hernández

Más o menos estas ideas cruzaban mi cabeza, mientras disfrutaba el sábado del concierto del Mago en La Riviera. Presentaban en Madrid la reedición en el vigésimo aniversario de Finisterra, su quinto trabajo de estudio; una ópera rock, decorada de folk metal, que los encumbró hasta la cima de la música en lengua castellana. Una especie de diálogo entre dios y el diablo, escrito por Txus di Fellatio, baterista y líder espiritual de la banda, en el que el bien y el mal firman un pacto para encarcelar en su estupidez a la especie humana. Musicalmente supuso la definitiva evolución hacia lo sinfónico. Por vez primera incorporaron teclados y la flauta mágica de Fernando Ponce de León, hoy fuera del grupo y sustituido con acierto por otros compañeros. A finales de 2.015, la reescribieron entera para grabarla en su nuevo formato. Me impresionaron de modo especial la voz de Pilar Jurado en Duerme y la conjunción de las de Patricia Tapia (qué talento) y Ailyn (la catalana pelirroja de Sirenia) en Tres tristes tigres. Si pueden, no se pierdan esta gira. Más allá de los conocidos himnos de la banda e incluso de los gustos personales, merece la pena.

Cuando sientas la necesidad,
no es bueno solo dar de ti
la parte amable y "que todo va bien".
Aprende a llorar.
Aprende a llorar.
Las marcas que deja la vida
en la cara se ven,
las huellas que deja el amor
en el corazón se leen.



Espero que les agraden las piezas escogidas (aunque no sean las de siempre, ni las más populares) y que entre tod@s sepamos encontrar en el inminente apocalipsis de nuestra era, el principio de ese mundo nuevo que lo mejor de nosotros sigue portando en los corazones. Feliz #VDLN, feliz semana. Como siempre, salud y libertad.

Ahora empieza tu camino,
solo tú eres el señor de ti,
el progreso está en tu espíritu
y no en una ciudad.
Solo tú elige tu destino,
solo tú decide invertir
en tu espíritu...
O en una central nuclear.



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