31M. ¿Felicidades? Castilla-La Mancha (Letrashop X)



Pues nada. Supongo que felicidades a todos los ilustres habitantes de Castilla La Mancha. Ahora solo falta que alguien explique qué es eso y qué se celebra. Yo solo conozco una Castilla, desmembrada en tantos pedazos como a los de siempre interesaba, y que además es bastante antigua, conservadora y rancia. Si no fuera por el aprecio que guardo a mis amigos de otras poblaciones de la zona, ahora mismo propondría el inmediato traslado de la capital, desde Toledo hasta donde la quisieran. Se hace duro convivir a diario con cientos de parásitos que se creen alguien porque les votaron cuatro monos; porque fueron elegidos a dedo, en esos puestos de libre designación con los que se retribuyen silencios y favores; o porque convirtieron en cargo de asesor, dirección general o jefatura de servicio, lo que antes no pasaba de simple negociado... Y que por norma «okupan» gentes que llegaron desde fuera. Siempre me he preguntado si con Castilla una y entera nos hubieran colocado trasvases, campos de tiro, alguna nuclear, un AVE que no pasa de 150, los putos pantanos o los proyectos de almacenes radiactivos que caerán con el tiempo. Además de mantenernos como uno de los espacios con mayor pobreza de la península y bajo la perpetua acusación de ejercer como herederos de quienes fabricaron España.

A un lugar de ficción (y a unas formas) que convirtió en intocable millonario a un tal Bono, en trascendente a María Mantilla y en notable al «bolo» de Page (esto último, solo lo entenderán mis paisanos); o que se emplea de modo sistemático como destierro de afines sumisos, carentes de espacio en más altas esferas; nunca podré llamarlo «mi tierra»... Ni aunque lo sea.

«Somos únicos», comentaba hace unas fechas un ilustre paracaidista, perteneciente a la new age de la política. Desde luego, no se conoce territorio que convierta en señas de identidad los desvaríos de un loco, fuera de época, nacido del talento de Cervantes. Venga, felicidades y a celebrarlo. En gilipolleces palurdas, no vamos a ser menos que nadie, y además, hemos quedado a cenar con Dulcinea.

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