New Day. Say yeah! #VDLN 158
Aunque tendemos a culpar a los zapatos de los tropiezos, cada uno de nosotros no es más que la consecuencia de sí mismo. De su historia, de sus miedos, de la voluntad por vencerlos. Para nada sirve alojarse en el pasado, por terrible o fértil que sucediera, o dimitir del presente, bajo promesa de un futuro más amable que nunca se concreta. Sin innecesarios arrepentimientos, nacemos «hoy» por esencia, en cada nuevo amanecer, tengamos veinte o setenta. La edad tiene su aquel, cierto, pero en último extremo, como escribió Borges con tino sobre la democracia, no es otra cosa que un abuso de la estadística. El sobrevalorado físico de la juventud lo interpreto como una compensación de la naturaleza hacia quienes aún cursan primero de ciencias de la vida. Apañados iríamos si, a la inexperiencia propia de las décadas iniciales, sumáramos los males del colesterol alto, de esa tensión que por excesiva o escasa a nadie contenta, o de la simple alopecia. Con el tiempo se arrugan las frentes, crecen achaques en los cuerpos, pero la ilusión, como el atractivo, es patrimonio de un alma que inmortal o no, según el modo en que cada cual acepte engañarse, permanece inalterable hasta su desaparición. ¿Dónde voy yo con estos años? Nos preguntamos con frecuencia. Hasta donde tus pies decidan, si alguna vez los dejas.
Cuando Cristina Llanos comunicó a su hermana el deseo de asesinar la banda madrileña, a la autora de la mayor parte de las melodías, no le pilló por sorpresa. Ella también se hallaba cansada de repetirse, de recibir críticas por alejarse de los pecados de juventud o por «no llegar» a los sonidos que las lanzaron a la gloria. Pocos lastres resultan tan nocivos para la creatividad como la obligación impuesta de imitarse a uno mismo. La cantante necesitaba detenerse; la guitarrista, dimitir del personaje, tomar la voz y fabricar de una vez la música que la llena en este momento. Tras tres primeros discos para enmarcar, siguieron dos con alta nota. Precisaban un cambio y optaron por probar suerte en el mundo de la electrónica. Después otro capricho, esta vez a base de sonidos étnicos que debí ser el único humano al que satisfacieron. Regreso a los orígenes grunge con el inolvidable concierto en la sala el Sol y fin de fiesta con otro trabajo a mitad de viaje entre lo que apetecía y lo que fueron.
Y así nació New Day, el proyecto personal de Amparo Llanos en el que la acompaña Samuel, el bajista de los últimos años. Una mujer con el valor suficiente para ganarse el respeto del rock español, espacio donde se rinde culto a la más horrible versión del macho y en el que se sanciona con roja directa lo de alcanzar el éxito sin ser «de barrio». Si vas de vocalista mona, rodeada de barbudos, pase. Pero a quién se le ocurre ejercer de compositora y acariciar una guitarra infinitamente mejor que el noventa y nueve por ciento de los del gremio. Se necesita valor para, cumplidos los cincuenta, reinventarse de la nada y marcarse uno de los trabajos musicales de más calidad del presente año. Sin agente y sin discográfica, New Day ni es ni suena a pasado. Como comentaba ella en una reciente entrevista promocional, «quien quiera escuchar a Dover, ha tenido veinticinco años».
Aunque quizá el álbum contenga temas más acertados, me quedo con el que da título a esta entrada. Porque me gusta la gente que sale a tocar rock and roll con una camiseta a rayas, que ejerce de independiente sin la ñoña etiqueta del «indie» español y porque a los dos, quizá nos llega en ese momento de la vida en el comprendes que esto puede terminar sin aviso previo y solo te apetece fabricar un hueco a quienes saben despertarse diciendo «yeah». Ya vale de tristezas, de agobios, de ese todo está muy mal que nos condena a la depresión colectiva. Que sí, que el mundo se ve muy feo a veces, pero salvo reencarnaciones de última hora, solo tendremos una existencia y el peor de los delitos consiste en no disfrutarla hasta donde se deje. Para completar el menú, acompaño otro corte, Sunrise, el que presta sugerente nombre a la obra. Disculpen si no me muestro muy neutro, pero ya saben que cada uno caminamos prisioneros de nuestras filias y de nuestras fobias.
Los diablos se convirtieron en feliz recuerdo, comenzó un día nuevo. Nada de segundas partes, se trata de construir casi de cero, pero armados con la experiencia adquirida. Un plan ilusionante. Con que les agrade la mitad que a mí, ya tendrán suficiente para pasar un feliz #VDLN y una mejor semana. Hasta la próxima, como siempre, con salud y en libertad.
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Me alegro de verte en un finde con un atisbo de optimismo. Espero que dure... pero, para eso, tendrás que seguir encontrando cosas tan buenas como esta.
ResponderEliminarFeliz #VDLN
En general mi yo racional es tremendamente optimista. La parte emocional, lo opuesto. Lo que sucede es que cuando escribo algo, casi siempre domina la segunda. Feliz semana.
EliminarSuena bien. Soy de l os que echaba de menos al Dover de los inicios, la seguiré a ver donde nos lleva.
ResponderEliminarA mi también me gustaban (y me gustan), pero todos cambiamos con la edad y es imposible hacer lo mismo sin repetirte. Los he visto en dos directos, los que dieron en Madrid y me encantaron.
EliminarHay momentos que hay que decir basta y tomar el rumbo que uno quiere no el que te marcan, hay aspectos en la vida más importantes que el aplauso general.
ResponderEliminarBuenos temas. Feliz semana.
Suscribo tus palabras. Estoy en un punto en que el aplauso genreal lo interpreto como "algo debo estar haciendo mal" Feliz semana.
EliminarEs muy valiente éso cortar y empezar de cero (en cualquiera que sea nuestra ocupación), pero la verdad es que no suena nada mal.
ResponderEliminarLa vida es cosa de valientes. Me alegro que te agraden. Feliz semana.
EliminarSuena bien, yeah...
ResponderEliminarMe alegro!!!
EliminarMe acabas de dejar a cuadros, pero me has sorprendido para bién. A mí no me gustó el disco de música electrónica. Bueno, no estaba mal, pero fue un cambio tan radical que me costó de asimilar. Además, aunque siempre me gustó Dover, hay que reconocer que la cantante perdía mucho en directo. Cuando salieron en su día me gustaron mucho, y hoy me ha gustado que esta chica emprenda un camino valiente como este, porque hoy día no se valora tanto la calidad y todo suena a lo mismo; estoy harta de despasitos, de que me suban la radio y de ver mujeres cosificadas por todas partes...Me ha encantado descubrir algo tan fresco, tan bueno, gracias!
ResponderEliminarA mi el disco de electrónica fue el que menos me agradó. Vaquerizo y sus cosas, el de africana, por el contrario sí. Y la nueva aventura, me encanta. Feliz semana.
EliminarBueno, me alegro muchísimo de verte así de optimista!! Yeah yeah y yeah!!! Buena semana!! :)
ResponderEliminarCaramba tendré que hacérmelo mirar, menuda fama de cenizo tengo. Ja,ja,ja. Feliz semana.
EliminarComo no conozco a los Dover ni nada, vengo libre de "prejucios", por así decirlo, y lo escuchado está muy, muy bueno. Música aparte, me encuentro -y muy a gusto- entre tus palabras de hoy... a disfrutar del hoy, del ahora, de este momento e instante... que la vida son dos días y uno ya pasó!
ResponderEliminarUn besote y que sea un espléndido fin de semana para vos!!
Dover fue algo diferente en su momento, al margen de gustos. Con el tiempo como todo y como todos, dejó de serlo y toca reinventarse. Como en la vida. Feliz semana. Besos.
EliminarQué guayyyy!!! Sabía por Samuel (fue compi de universidad de mi chico y nos lo encontramos de vez en cuando por Madrid) que estaban ya con el nuevo grupo pero hace mucho que no sabemos de él y no sabía ni nombre ni nada... Qué guay!!! Gracias por ponerlo. Ahora los escucho!!!! :D
ResponderEliminarÁmparo estaba componiendo los nuevos temas desde mediada la última gira de Dover, aunque son gente reservada, hacen bien y no lo hicieron público. Feliz semana.
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