Alan Stivell. Mouchos, coruxas, sapos e bruxas... #VDLN 165

Un denso bosque de helechos. Las esporas brincando sobre la noche, obedientes a la luna de junio. Una meiga de las de verdad, amiga de alguien (si es que las de su especie admiten tal sentimiento), pronuncia el conxuro. Besos furtivos y tal vez algo más. No lo recuerdo... o al menos no deseo compartirlo en público. El viento en la cara. Todo muy al norte, en el interior de un extremo, a salvo de ese estruendo agresivo del mar de los romanos. Queimada, mucha; cosas que sientan mejor cuando se fuman en buena compañía, a la luz de una oscuridad clara. Tú, yo... el tiempo en pausa. Aquella gaita soplando a los oídos el Tri Martolod, inmortalizado años atrás por Alan Stivell. Esa humedad que nos resulta tan extraña a los mesetarios y una hoguera sobre la que saltar para el exterminio de lo viejo.

Mouchos, coruxas, sapos e bruxas… Quién iba a sospechar, en aquel místico  instante de felicidad, que se convertiría quizá en el último. El destino lo tenía decidido... y seríamos nosotros, los dos –pese a las apariencias–, lo que habría de consumir el fuego. Noche de San Juan, sueño repetido...

... Forzas do ar, terra, mar e lume, a vós fago esta chamada: si é verdade que tendes máis poder que a humana xente, eiqui e agora, facede cos espritos dos amigos que están fora, participen con nos desta queimada.



Hoy ni la inspiración ni el tiempo, dan para más. Con la sugerencia de que aguanten la canción hasta el final porque, cual metáfora de la vida, el arpa celta vuelve a sonar tras una larga pausa... Feliz #VDLN, feliz solsticio. Que el verano salga bueno, aunque no lo aparenten los principios. Salud y libertad.

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