El rostro de los sueños. VDLN 235

A nadie en su sano juicio se le ocurre destinar los instantes de ocio de más de un año de su vida a narrar la historia de un perseguidor de sueños.

Nadie en su sano juicio publica un libro en el que cualquier lector, al margen de su edad, sexo, ideas o creencias, encontrará justificadas razones para sentirse ofendido.

Nadie en su sano juicio tiene el morro de pedirle a un pintor de mérito, como mi buen amigo Manuel Buendía, que le ceda uno de sus cuadros para la portada a cambio de una humildísima mención en los créditos.

Nadie en su sano juicio busca en la decepción los motivos para seguir viviendo.

Nadie en su sano juicio escoge editorial porque es pequeña, alternativa en la más favorable acepción del término y porque no se ve en otro estilo.

Nadie en su sano juicio dedica su obra a los gatos y a las gatas con los que convive por su complicidad en el proceso creativo.

Nadie en su sano juicio escoge un VDLN para anunciar que, por cesárea —como todo lo mío—, al fin nació la última novela.

Como bien saben quienes padecen el tormento de soportarme en persona, hace años que dimití del aburrimiento de eso que llaman cordura.

Espero que les guste el viejo tema de Pau Donés (ánimo con lo tuyo, tío) que escogí para la ocasión. Porque, a fin de cuentas, ¿qué hay de malo en perseguir los sueños?

Feliz VDLN, feliz semana. Disfruten de ambos con salud y en libertad. Y si de paso les apetece acercarse a un texto que probablemente no lo merezca, les dejo al pie el enlace del editor donde podrían cometer el desatino de descubrir El rostro de los sueños.

El rostro de los sueños. Editorial Multiverso.

ADVERTENCIA: Sin que se considere mercadotecnia y dadas las fechas que se aproximan muy dadas a obsequios inútiles, yo no regalaría el libro a menores ni a suegros sin leerlo previamente.