Leonard Cohen. My secret life. #VDLN 76.

En mi vida secreta me despierto cuando el cuerpo se cansa de dormir. Maúllo a los gatos y saludo a los pájaros que asumen francos sus naturales papeles de cazador y presa. Matan y mueren sin odios, obedeciendo al destino con la profesionalidad de quien conoce los riesgos del oficio. Desayuno un zumo combinado de un limón y dos naranjas, junto a unas dosis de bicarbonato para que la cocina se manche de recuerdos. Olfateo las cáscaras mientras añado un trozo de pan impregnado en aceite virgen y tomates del huerto que subsiste junto al río. Sumo un café. Siempre solo, siempre largo. Un espejo importado desde el otro bando que paga sus derechos aduaneros. El hombre delgado que a la inversa de un título de Bunbury, flaquea con frecuencia mucho más de lo necesario.

En mi vida secreta los árboles florecen en cualquier estación y las personas nos mostramos desnudas, sin ropas que nos resguarden de nosotros mismos; sin estaciones que cumplir, ni ansias que exijan saciedad. No se escucha el ruido, tampoco el pasado y el futuro no se convierte en homicida. No hay leyes que vulnerar, ni abrazos huérfanos. Nadie es de ningún sitio porque no se concibe la pertenencia, porque los besos no se fugan del domicilio de su destinatario.

En mi vida secreta todos jugamos como niños porque nunca dimitimos de aquel cargo. Tordesillas no existe, solo un punto absurdo en un absurdo mapa, ni el gobierno, ni el poder. No se fabrican coches, tampoco carreteras, y emprendemos viajes sin desplazarnos del lugar. Nadie dicta órdenes porque nadie las acata. El sol ilumina sin abrasar la piel y la lluvia empapa sin mojarnos.

En mi vida secreta no caben las drogas porque todos formamos moléculas de opio. No se escriben poemas porque jamás nos presentaron al ciudadano dolor. 

En mi vida secreta te vuelves de verdad, amaneces a mi lado sin maquillaje que disfrace tu rostro de otro ser y me acaricias la espalda para recordarme que somos felices. Yo te respondo. O quizá vencí esa enfermiza timidez que nadie cree y como excepción tomé la iniciativa; y tú te limitaste a contestar mi gesto.

En mi vida secreta no se diagnostica la locura porque todos la padecemos; ni inventamos la muerte porque no nos parece necesaria.

Mi vida secreta. La que me ilusiona, la que me aísla, la que me destruye.



Si quieren descubrir la de Leonard Cohen, tendrán que escuchar el tema que hoy les propongo. Espero que les guste su tristísima belleza.

Feliz #VDLN, feliz semana. Salud y libertad.

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