Javier Gurruchaga. Viaje con nosotros. Proscritos (V). #VDLN 222

Imagen: Rubén Belloso (óleo sobre lienzo)

Todo comenzó a finales de los ochenta, cuando su masivo triunfo al frente de la Orquesta Mondragón, su talento como actor y ese don innato de hombre espectáculo lo condujeron hasta un programa propio en la tele pública de Pilar Miró. Los de siempre, la caverna, no iban a perdonar el humor ácido, histriónico y cercano al surrealismo de quien, pese a no posicionarse de modo expreso con ningún partido, mostraba sin pudor su amor a la libertad y su rechazo a los múltiples estigmas propios de la condición carpetovetónica. Gurruchaga lo combinó con unos de los defectos de más difícil perdón por las masas ibéricas: el éxito.

Después surgió «lo del Arny». Aquel infame escándalo en un club sevillano de ambiente homosexual salpicado por la certeza de la participación de menores como botín más preciado. Los mismos que culpaban a los niños por los abusos cometidos, silenciados y hasta justificados por determinada organización religiosa condenaron sin juicio al showman vasco por más que una sentencia indubitablemente absolutoria determinase lo opuesto. Justo ahora se cumplen veinte años desde que la envidia, el odio hacia los libres y la desdichada sociedad de los hipster, de la música electrónica de consumo y del apple en el bolsillo recluyesen en el pasado a uno de los mejores músicos de las últimas décadas. Tampoco ayudó que decidiera residir en Madrid sin renunciar a ejercer de vasco y sin considerar incompatible lo segundo con el circunstancial hecho de sentirse español. Ni alabo ni critico su criterio, pero siempre defenderé su derecho a ser lo que le venga en gana en lo artístico, en lo sexual o en lo nacional. Faltaría más, faltaría menos.

Me quedo con una frase pronunciada en una reciente entrevista en prensa diaria: Hay avances en los ifones, en las redes sociales, en esas cositas, pero en el fondo estamos más solos que la una y seguimos no leyendo un puñetero libro.

Agraden o no su estilo o sus formas, Javier Gurruchaga pronuncia como nadie la conjugación perfecta del verbo interpretar. Les dejo un par de muestras.

Feliz #VDLN, feliz semana. Hasta la próxima, si el calor lo permite, con mis mejores deseos de salud y libertad.