Koyaanisqatsi

En la lengua de los hopi, Koyaanisqatsi significaba vida fuera de equilibrio. Así tituló Godfrey Reggio una emotiva película de 1982 que con música de Philip Glass y producción de Coppola, varió la sensibilidad y la forma de percibir la existencia de muchos de nosotros. Original, bella y sudorosa, esa sucesión de fotogramas sin dialogo alguno, demostró que a veces sin palabras es como mejor se expresan los sentimientos. Exactamente eso, que la vida de hoy está fuera de equilibrio, es lo que aprendí de José Luis Sampedro. No me agrada ningún ejerciente de la ciencia económica y su fallecimiento no va a modificar mi criterio. Pero como humanista y como escritor me fascina. Cuando leí su complejo, denso, difícil y hermoso "Octubre, octubre", me reconcilié con el autor de los manuales universitarios de una horrible asignatura por entonces denominada "Estructura económica". Hoy a esa forma de perder el tiempo creo que la han bautizado como economía aplicada o algo así.

Como humanista, sus frases permiten llenar varios tomos de citas. Me quedo con la que encabeza mi perfil de facebook desde que lo parí:

 "Somos naturaleza. Poner al dinero como bien supremo nos conduce a la catástrofe."

 Quizá porque en mi testamento condeno a percibir su estricta legítima al que me llore o me adule después de muerto - a buenas horas - o me entierre bajo cualquier culto religioso; no seré yo el que vaya a rendir póstumo homenaje a quien de modo expreso no lo deseaba. Pero necesito mostrar mi eterna gratitud al ser humano que me enseñó que esto de la vida no se acaba cuando el pelo pierde su natural tinte, que en nuestro mundo estamos Koyaanisqatsi y que la economía, en el fondo, es una auténtica estupidez. Casi todo es mucho más importante que la necedad de un PIB o de un balance.

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