Contra la violencia de género... la paz y la palabra

Hoy se reivindica, ni se conmemora ni debe celebrarse, el día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer. Aquí nos sumamos a la guerrilla del modo que mejor sabemos hacerlo, con la palabra. 

Dado el carácter personal de este blog, una especie de álbum para mantener en orden mi pequeña colección de cromos, es infrecuente la publicación de contenido de terceros. Si bien estamos deseosos de recibir artistas invitados que tengan algo heterodoxo de lo que tratarse, es esta la primera vez que copiamos un texto a alguien. La ocasión y la autora lo merecen. Miriam Reyes es una gallega de Orense que ha recorrido medio mundo para formarse en los duros oficios de poeta y artista audiovisual. En estos momentos, es la escritora contemporánea que más me agrada. Para ser exactos me apasiona. Lo que dice y como lo dice. Ha publicado hasta la fecha tres poemarios: Espejo negro (2001), Bella Durmiente (2004) y Desalojos (2008). Los tres imprescindibles para los buenos degustadores de letras y de ideas. Poesía de mujer que no para mujeres. Los versos que hoy le robamos pertenecen al primero. En otros lugares y a otras instancias corresponde tomar  las medidas legales, policiales y educativas que sean precisas para eliminar esta lacra. Aquí solo sabemos transcribir palabras. Sabemos que Miriam disculpará este secuestro premeditado de letras. Es por una buena causa. Contra la violencia machista, Inmóvil. 


Inmóvil 
abandonado a tu pesadez de hombre inmóvil
me miras con antiquísimos resentimientos.
Óyeme bien
soy inocente de tu pasado
no soy tu puta madre
ni tu enferma madre
ni tu loca madre
aunque sea puta loca.
No merezco recibir agresiones ajenas
retrasadas y caducas.
No proyectes sobre mí los espectros de tu niñez
tengo forma, color y dimensiones propias.


Tampoco vengas a mí
llorando como un niño
cuando no lo eres.
este regazo que te acoge también te desea.

No sobreactúes
a mí también me expulsaron del paraíso 
antes de tiempo 
y sin notificación previa
¿a quién no?

Anda hombre
levántate de ti

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