Zoé. Luna. Vdln 52

Tranquilos que este viernes seremos pocos y no voy a dar la murga con la Semana Santa. Ya me confesé en Playas, procesiones y montañas; una vieja entrada de este mismo blog, tan vigente como los privilegios de la casta dominante. Para dibujar los sentimientos que me inundan en esta fechas, podría haber elegido A Santa Compaña de Golpes Bajos o La cantata del diablo del Mago de Oz. Aunque su longitud desanime, merece pulsar el enlace para disfrutar con tiempo de una escucha atenta. El Jesús de Chamberí viene al pelo, pero ya lo puse el año pasado y no es cuestión de repetirse.



Por consejo de mi terapeuta prefiero fijarme en lo bello, en lo positivo, en esa seductora luna entera tan propia de estos días. La coincidencia no es casual. Según la novela evangélica, Jesús celebró la última cena en el Pesaj judío (Pascua o Fiesta de la libertad) con el que se conmemora la huida de Egipto. La tradición sostiene que aprovecharon la luz del satélite en formato completo para caminar en la noche sin antorchas y eludir la vigilancia de la guardia faraónica. Al contrario que el gregoriano que se rige por el sol, el calendario hebreo sigue el ciclo lunar y así el Jueves Santo “de verdad”, coincidía con el decimoquinto día del mes de Nisán. Plenilunio garantizado. En cristiano, nunca mejor dicho, y en una de esas traducciones creativas tan frecuentes en la multinacional del alma, equivale a situar la fiesta de la resurrección en el primer domingo tras la primera luna llena de la primavera boreal. El resto, miércoles de ceniza y Corpus incluidos, cuestión de contar hacia delante o hacia atrás, sin el menor rigor astronómico. Como todo resulte igual de exacto… pobres creyentes. Vaya chasco se van a llevar.



¡Qué hago yo hablando de estas cosas! Solo buscaba un tema a propósito de la diosa blanca y me salió una homilía. Al menos la canción merece la pena. Resulta difícil concebir unos sonidos que despierten tantas emociones como esta Luna de los mexicanos Zoé, una banda de art-rock muy popular en su tierra. La colaboración de Denise Gutiérrez (ex vocalista de Hello Seahorse) engradece una melodía casi perfecta. No se dejen engañar por el acústico y por los textos poéticos. Estos chicos son mucho más que la típica mantequilla de factoría discográfica. Pueden comprobarlo en Soñé. Cualquier parecido con Maná y otros productos industriales del país hermano, pura coincidencia. Espero que les gusten. 

Por edad, por sensatez, abandoné hace tiempo las adicciones de juventud. Aunque de vez en cuando me pegue un estirón, dejé de fumar, de beber, de... Tampoco ingiero animales, ni ninguna otra sustancia que considere tóxica para el cuerpo o para el espíritu. De las que se pueden contar en un blog, solo mantengo una. La adoración lunática. De esa no hay quien me desenganche. Ni quiero, ni puedo. Todos tenemos defectos.

Disfruten del finde con salud y en libertad. Seguro que lo merecen.